El Zamora Rutas del Vino que regrese a las pistas después del estado de alarma como consecuencia de la crisis del coronavirus ya no será el mismo. A los "Guerreros de Viriato" les faltará un jugador, el meta Felipe Barrientos, que desde ayer dejó de pertenecer a la disciplina del Balonmano Zamora, club en el que además de ejercer como miembro del primer equipo también ostentaba el puesto de entrenador del brillante equipo sénior femenino.

Barrientos, que aterrizó en la capital del Duero hace dos temporadas para ocupar el hueco dejado por Leo Maciel en el arco pistacho, solicitó al Balonmano Zamora su liberación contractual para poder regresar a Chile. Una vuelta a su país de origen que surgía por motivos personales y que tenía como fecha máxima el día de hoy, en el que partía el último avión hacia dicho destino antes del cierre de su espacio aéreo.

El club, ante la situación particular de Barrientos, no ha dudado en cumplir con los deseos del jugador que, además de ser uno de los más veteranos y experimentados en el Zamora Rutas del Vino, tenía un importante rol como entrenador de varios equipos femeninos como el conjunto sénior que aspira al ascenso a División de Honor Plata. Una pérdida importante para el vestuario del conjunto dirigido por Leo Álvarez, donde Luis Posado y Miguel Guarido tendrán que tomar responsabilidades para acompañar a Admella en portería; y para la organigrama de un BM Zamora que buscará cubrir las necesidades del Primera Nacional Femenina de la mejor manera posible.

El cancerbero Felipe Barrientos contactó con los miembros de la primera plantilla a través de las redes sociales para despedirse de ellos con un mensaje tremendamente emotivo, lamentando ser ese el medio para transmitir su despedida. Un adiós en el que agradeció "a todos los integrantes de la gran y bonita familia del Balonmano Zamora" el haber podido "sentirse como en casa", dando las gracias tanto a directiva como entrenadores y compañeros para señalar que fue "un privilegio compartir tantas batallas juntos" con los colores pistacho.

Por supuesto, Barrientos tuvo palabras para sus jugadoras, destacando su deseo de que "el balonmano femenino de Zamora llegue a lo más alto posible" pese a no estar él al frente del proyecto.

"Les deseo lo mejor a todos, ya saben que tienen una mano amiga en el sur del mundo", concluyó el cancerbero en un mensaje que resume el tremendo cariño que guarda de su paso por Zamora.

Por su parte, desde el Balonmano Zamora no dudaron en devolver el gesto para dejar constancia del "gran profesional y bella persona" que es Felipe Barrientos, así como la importancia de su paso por la entidad pistacho. "Más allá de la importancia que tiene en el vestuario del primer equipo, que es mucha, hay que destacar el compromiso que adquirió con el club y con un sénior femenino en el que ha contagiado su amor por nuestra camiseta y sus colores", señalaron desde el club antes de "desearle toda la suerte y fortuna posible en el futuro".

La marcha de Felipe Barrientos, cuya intención era la de acabar su carrera en BM Zamora e iniciar en este club su camino como entrenador, se convierte en la primera de las despedidas que sufre un Zamora Rutas del Vino que también perderá otros miembros una vez acabe la temporada, como es el caso de Iñaki.