Los tres clubes zamoranos de baloncesto han expresado su voluntad de que la Federación Española anule la actual temporada tras el parón obligado por el coronavirus, pero la FEB ha decidido tomárselo con calma y pensar bien una decisión que a nadie se le escapa que no podrá ser otra que la de anular esta campaña.

El CB Zamora insistía ayer mismo en la necesidad de que la FEB tome una decisión rápida que permita comenzar a pensar en el futuro, y el CD Zamarat, para exigir que la próxima campaña se inicie como si no hubiera existido esta del "coronavirus". El propio presidente del CD Zamarat, Carlos Baz, ha mantenido varias conversaciones con representantes de la FEB que no han sido capaces de dar una respuesta sobre cómo se va a cerrar el ejercicio 2019-2020.

Hay algunos clubes -pocos- que mantienen la necesidad de establecer clasificaciones finales para decidir campeones y ascensos, pero la lógica indica que la Federación no puede regalar estos resultados, como tampoco podría decidir, cuando restaban todavía muchas jornadas por disputar, qué equipos descenderán en cada categoría ya que, además, cualquier decisión de este tipo sería fácilmente recurrible ante la justicia ordinaria. También hay quien ha propuesto conceder los ascensos y que cada liga incremente en la próxima campaña el número de equipos participantes, algo que tampoco sería sencillo de resolver satisfactoriamente. Además la crisis económica que deparará el coronavirus puede provocar la desaparición de muchos clubes, como ocurrió en la anterior crisis de hace una década y podría haber problemas para completar una mínima participación en algunas competiciones.

La Federación Española, por el momento ha decidido postergar el tema hasta el fin del estado de alarma, tal vez para ganar tiempo, y la Territorial ayer mismo se sumaba a la Española decidiendo que se somete "a los plazos que las autoridades competentes establezcan para, en primer lugar, desactivar el actual estado de alarma y posteriormente fijar una fecha de reanudación de la actividad federativa".

En todo caso, aunque se levantase el estado de alarma el 11 de abril, los equipos no podrían recuperar ya sus plantillas pues la mayoría han dado de baja ya a sus jugadores/as y muy pocos clubes se podrían permitir añadir una o dos nóminas más a los presupuestos. Tampoco ese mismo día podrían reanudarse los partidos o incluso los entrenamientos en los que se exige la convivencia de muchas personas juntas. Y a nadie se le escapa que retomar la competición exigiría un tiempo de readaptación física, una mínima precampaña, a la que tendrían que someterse los equipos.