El Zamora CF logró una trabajada victoria ante el Numancia B y rompe su racha de cuatro partidos sin ganar, gracias a un solitario gol de Sergio García que salió al rescate del equipo en la segunda parte para marcar a escasos segundos de estar en el campo.

Por lo demás, el equipo rojiblanco no hizo un buen partido e incluso fue superado claramente al contragolpe por el Numancia B durante la primera mitad. Tras el descanso, el Zamora siguió sin crear peligro aunque se encontró con la calidad individual de Sergio García para dar por superada la crisis de resultados en la que se ha había metido.

Fue un buen final para una semana de nervios la vivida en el Ruta de la Plata tras la primera derrota de la temporada y que se dejó traslucir ayer tras el partido en el nerviosismo que parece reinar en el seno del club, con un David Movilla que protagonizó una rueda de prensa lacónica en la que se negó a entrar en cualquier análisis real de la indudable crisis -ayer de juego- por la que atraviesa su equipo.

El partido se planteó desde dos puntos de vista bien distintos en ambos equipos, pues si el Numancia venía de una racha positiva de resultados, el Zamora salía lastrado por las cuatro jornadas sin ganar, y pronto quedó patente sobre el terreno de juego porque el los rojiblancos no encontraban el camino para llegar a la portería contraria, y por contra, el filial numantino se encontraba muy a gusto esperando la oportunidad para pillar desprevenidos a los de David Movilla.

El Zamora jugaba con un equipo inicial más o menos habitual, en el que sin embargo sorprendió la entrada de Guille Perero por la derecha y una disposición atacante con Valentín en punta, y Juanan de enganche, que no daba demasiado resultado. Y prueba de ello fue que el único acercamiento rojiblanco se producía en el minuto 14 con una bolea desde muy lejos de Juanan que salió demasiado alta.

Así fue el Numancia el que llevó en exclusiva la inicitiva en ataque, con varias llegadas por banda, como la de Ceínos por la izquierda que llegó hasta la línea de fondo pero no encontró rematador. En el consiguiente córner Cámara recogía el balón y lanzaba un disparo raso y seco que tuvo que sacar Jon Villanueva bajo palos con muchos apuros.

Villanueva se lesionó y tuvo que ser atendido por las asistencias que le vendaron el muslo y pudo seguir jugando, aunque con evidentes molestias.

La oportunidad más clara para el filial llegó en una acción de Silva que se fue por la derecha pero no acertó ni a disparar a puerta ni a ceder a algún compañero para que rematase. Siguió intentándolo Ali Radjel pero su disparo se estrelló en el exterior de la red e incluso Alfredo protagonizó una gran escapada en velocidad que obligó a Piña a emplearse a fondo para arrebatarle el balón y mandarlo fuera del campo.

Cuarenta y siete minutos necesitó el Zamora para ejecutar su primer disparo entre los tres palos, obra de Valentín que lo intentó desde la media luna, aunque el portero Toni no tuvo problemas para atrapar el balón. Parecía que todo había cambiado cuando Carlos Ramos envió sobre Guille Perero que a punto estuvo de marcar pero el portero soriano se anticipó en el momento justo.

La réplica numantina fue peligrosísima al escaparse solo Alfredo aunque su disparo salió ligeramente alto poco antes de que tuviera que ser atendido tras un fuerte encontronazo con el central Piña. Comenzó a llover en el Ruta de la Plata y el Zamora pareció enfriarse con la fina lluvia, hasta el punto de que David Movilla decidió preparar la entrada en el campo de Sergio García para buscar nuevos recursos en ataque.

García entró en el campo de forma inmediata, se colocó en la punta del ataque pasando Valentín a la banda. Y no había transcurrido un minuto y recibía un magífico pase en profundidad de Vallejo, que le permitió plantarse ante el portero y batirle inapelablemente para firmar el primer gol que a la postre sería el definitivo.

El Zamora se animó y comenzó a aprovechar que al Numancia no le quedaba ya otra que irse al ataque de forma decidida. El filial pasó a ser el que tocaba el balón, frente a un rival bien pertrechado atrás y dispuesto a darle la puntilla al menor despiste.

El soriano Alvaro pudo hacer cambiar el desenlace del partido con un centro chut raso desde la izquierda al que no llegó por muy poco Ebri pero el balón ya no quiso entrar y parte del público celebró la victoria como si de la obtención de un título se tratara.

Es un resultado que supone un balón de oxígeno para un equipo y su entorno que parece sufrir en cuanto se han producido unos mínimos traspiés. La crisis de resultados y la parte más complicada del calendario parece superada, pero este Zamora debe recuperar el ritmo de juego que le llevó a ser intratable hasta hace sólo cinco semanas.