La Real Sociedad es favorita hoy en el primer partido de semifinales ante el Mirandés, el penúltimo obstáculo para luchar por la Copa del Rey que ya ganó hace 33 años, aunque los antecedentes del conjunto burgalés en esta competición aconsejan en el entorno blanquiazul máxima prudencia.

Celta, Sevilla y Villarreal también eran claros aspirantes a dejar en la cuneta a los mirandeses pero la historia escrita únicamente en el campo de Anduva, a partido único, y de nada valieron los favoritismos.

Ahora, a ida y vuelta, las posibilidades del conjunto de Imanol Alguacil se elevan y quedan lejos los fantasmas de 2004, cuando fueron eliminados en Miranda de Ebro, porque los realistas han llegado a febrero en un estado de forma excelente y convencidos de sus opciones. El Reale Arena se ha convertido además en una fortaleza, ya que los donostiarras han sumado cuatro victorias seguidas en casa.

El lateral Gorosabel, habitual en Copa, está sancionado y su puesto será para Zaldua, mientras que en ataque el belga Januzaj puede tener opciones porque está brillando en este torneo (4 goles), al igual que el jugador más joven de la plantilla, Barrenetxea, otro delantero que ha aprovechado este torneo para reivindicarse.

Martín Odegaard, que se perdió el derbi vasco, está plenamente disponible para jugar, al igual que Mikel Oyarzabal. Ambos volverán a un once al que también regresará Nacho Monreal, tras descansar el domingo, y en la punta de ataque se situará el hombre del momento, un Alexander Isak que ha explotado totalmente en San Sebastián a sus 20 años.

El Mirandés acude a San Sebastián con la intención de seguir escribiendo páginas históricas. El único superviviente de la división de plata vuelve a una semifinal por segunda vez en su trayectoria y lo hace con tres jugadores pertenecientes a su rival (Guridi, Merquelanz y Sagnan) en sus filas como cedidos.

Los dos primeros son fijos en la alineación de Andoni Iraola, como el delantero Mathieu. Mientras que el técnico rojillo no podrá contar con Franquesa ni Carlos Julio.