El Barcelona B sigue sin poder ganar al BM Zamora pero este domingo se encontró con un inesperado regalo en el último minuto de un encuentro en el que siempre se vio a remolque y que tuvo prácticamente perdido en el minuto 35 con 22-16. Sin embargo un par de errores en lanzamientos fáciles de los zamoranos y el acierto de Diocou y Rosell, llevaron al decepcionante empate final que obliga al Balonmano Zamora a seguir luchando duro para no complicarse su futuro en la División de Plata.

El Rutas del Vino necesitaba perentoriamente recuperar a dos de sus mejores jugadores como son Ramiro y Mourinho, y el equipo pistacho fue otro desde el pitido inicial. Además había ilusión en la grada por conocer a la última incorporación como es el también argentino Joaco Aravena, y el joven central sudamericano no defraudó, erigiéndose desde el inicio como el líder que no encontraba el BM Zamora desde las lesiones de Octavio y Maide que siguen sin poder regresar tras sus lesiones.

El Rutas del Vino jugó muy bien en defensa desde los minutos iniciales, pero se encontró con el serio problema de frenar al azulgrana Pau Oliveras que se convirtió en una tortura para los pistachos desde el lateral izquierdo. Afortunadaente, el Rutas del Vino en ataque se mostraba imparable y todos sus jugadores aportaban hasta el punto de que el Barça sufrió durante la primera mitad hasta cuatro expulsiones de dos minutos de las que siempre se aprovecharon los zamoranos.

El Barcelona inició el encuentro controlando el marcador aunque tan sólo logró distanciarse a dos goles con el 5-7 tras dos tantos seguidos de Diocou. El partido se mantuvo en equilibrio hasta el minuto 20 cuando Jaime marcaba distancias para los pistacho con el 14-12, aprovechando una superioridad tras la expulsión del azulgrana Pujol.

Siguieron apretando atrás los de Leo Alvarez y tras dos robos seguidos llegaron otros tantos contragolpes que permitieron incrementar la ventaja a cuatro tantos (18-14) aunque el séptimo gol de Oliveras dejó el 18-15 al descanso con un buen sabor de boca de la afición zamorana que había recuperado al mejor Rutas del Vino de la temporada.

No bajó el listón de su exigencia el conjunto zamorano que regresó a la cancha todavía más centrado en defensa, lo que le permitió correr como le gusta, y dispararse en el marcador con dos golazos a la contra y otro en el que Joaco Aravena lo hizo todo él para poner el 22-16, la máxima ventaja local, que obligó al entrenador barcelonista a solicitar su tiempo muerto. Roi Sánchez ordenó entonces prescindir del portero en los ataques y su medida dio resultado reduciendo la desventaja a "solo" tres goles (23-20).

Fue entonces Leo Alvarez el que se vio obligado a parar el partido y Barrientos, con un gol a puerta vacía, volvía a distanciar al Rutas a cuatro goles. Pero el Barcelona era otro y ahora el equipo pistacho, con Iñaki de central, no encontraba el camino del gol. Tuvo que regresar Joaco para intentar solucionar el 24-23 que lucía en el marcador en el minuto 38 tras una basolina del extremo Fernández.

La reacción del Rutas del Vino fue inmediata y partió desde la portería con el penalti que detenía Ignasi y un nuevo sobreesfuerzo en defensa para que Cubillos pusiera el 26-23 y Ramiro, el 27-23 tras un robo de Fernando.

El Barça volvió a pedir tiempo muerto y el partido siguió muy igualado, con los dos porteros muy acertados. El equipo azulgrana puso la directa con el 27-25, y Leo Alvarez ordenó a Guiller adelantarse en defensa para sobrevivir agónicamente como fuera.

Y fue el propio Guillermo García Carballo el que asumió la responsabilidad de darle la aue parecía la puntilla al filial barcelonés con el 28-25. Pero no fue así porque en solo un minuto de margen, Dioucon recortaba distancias y con el tiempo prácticamente agotado era el que establecía el definitivo empate a 28.