La selección española de balonmano tratará de arrancar hoy (16:00 horas) la segunda fase del Europeo con un triunfo sobre la República Checa, que permitiría al conjunto español dar un nuevo paso hacia las semifinales.

Un encuentro que los internacionales españoles no esperan que sea tan plácido como el disputado hace dos años en el Europeo de Croacia, donde Los Hispanos se impusieron al equipo centroeuropeo por un brutal 32-15.

"No para nada, no creo que se parezca al partido que jugamos en Croacia, porque nos vamos a enfrentar a un equipo duro, un equipo que juega bien al balonmano y que cuenta con jugadores que están en ligas punteras", señaló el central español Dani Sarmiento.

Mimbres con los que la República Checa ha construido un sólido equipo, que pese a la goleada encajada ante España, ya demostró en el último Europeo, donde acabó sexto, que puede competir con cualquiera.

Una circunstancia que obligará al conjunto español a no relajarse lo más mínimo si quiere prolongar ante los checos el pleno de victorias, que le ha permitido alcanzar la segunda fase del torneo con dos puntos en su casillero, el máximo posible.

"Es un equipo que recordemos ya fue capaz de colarse entre los mejores en el último Europeo, ganando a equipos como Dinamarca y para poder ganar tendremos que estar muy bien", explicó el seleccionador español Jordi Ribera.

Una solidez defensiva que permitiría a Los Hispanos desplegar su veloz juego de contraataque, la mejor fórmula posible para evitar caer en la dureza de la rocosa defensa. que lidera el fornido Pavel Horak, jugador del Kiel alemán.

"En defensa forman un auténtico bloque, lo que ha llevado a algunos equipo a jugar contra ellos con siete jugadores en ataque, por eso e fundamental robar balones en defensa y pode correr, para no tener que atacar todo el rato seis para seis", indicó el técnico español.

Una defensa checa que se encuentra perfectamente respaldada por los guardametas Mrkva y Galia, que a sus 40 años parece atravesar por uno de los mejores momentos de su carrera.

Pero las fortaleza del conjunto checo no se reduce a la faceta defensiva, ya que como advirtió el seleccionador español, en ataque es "un equipo muy frontal". "A nivel colectivo juegan casi como si fueran un club, con algunas acciones cerradas típicas de haber entrenado mucho juntos y luego, individualmente, son jugadores de fácil uno contra uno". Una faceta del juego en la que destacan los centrales Zdrahala, castigado por las lesiones, y, sobre todo, Babak, pieza sobre la que gira el ataque del conjunto checo.