Diego Bravo y Jimena Martín fueron el pasado martes los ganadores de la última cita deportiva que se disputó en Zamora en 2019. Los vencedores de una nueva edición de la San Silvestre Zamorana que se celebró en la capital con una participación cercana a los 1.500 corredores y que resultó una fiesta de lo más completa a pesar de transcurrir bajo el frío y entre la niebla.

Podría haber pasado a la historia la edición de 2019 por ser la más fría disputada en los últimos años, desde que la Plaza Mayor de Zamora ejerce de centro neurálgico del trazado dispuesto por el Club Deportivo Atletismo Zamora. Sin embargo, la carrera quedará en la memoria por ser la primera en mucho tiempo en la que los ganadores, tanto masculino como femenino, revalidaron el título logrado 365 días antes. Una gesta que lograron no sin esfuerzo, en una prueba rápida para aquellos que acuden a luchar por la victoria y cargada de color y diversión para aquellos cuyo único propósito es disfrutar en compañía de amigos y familiares de un poco de deporte antes de decir adiós al año. Una despedida a la que no contribuyó el clima, factor que no impidió que la salida y llegada del circuito contara con decenas de personas animando a los osados participantes.

Con puntualidad casi inglesa, mientras los atletas sénior calentaban con y sin disfraces y se hacían las fotos típicas de recuerdo antes de enfrentarse a su último reto de 2019, la San Silvestre arrancaba con la disputa de la carrera en categorías inferiores. Así, los más pequeños, acompañados de sus familiares y sus cámaras, fueron los primeros en correr por una Plaza Mayor que dedicó sus primeras ovaciones a las promesas del futuro. Pequeños atletas que lucían orgullosos las medallas repartidas por la organización y el concejal de deportes, Manuel Alesander Alonso, que pronto se dirigieron a la salida de la carrera sénior para dar el pistoletazo de salida.

Las categorías inferiores desarrollaron su actividad con agilidad. Ni media hora duró la intervención de los más jóvenes en una Plaza Mayor que registró novedades importantes que mejoraron la prueba. Vallas metálicas en lugar de cinta para delimitar el trazado y un camión con el podio dieron mayor seriedad a una San Silvestre en la que se notó una organización más cuidada que acompañó al caos habitual de color y fantasía que envuelve la algarabía zamorana antes de comenzar a correr, inherente al fantástico desorden que federados y no federados, camisetas amarillas y disfraces crean cada edición. Una ilusión y diversión casi incontenible, como demostró el hecho de tener que retrasar el inicio de la prueba unos minutos como consecuencia de la mala colocación de algunos corredores en el punto de partida.

La despedida deportiva de 2019 se inició poco después de que el reloj del Ayuntamiento de Zamora marcara las 17:30 horas, con cientos y cientos de zamoranos dispuestos a repartir su alegría por el centro de la capital, en primer lugar, y el casco antiguo, después, antes de cruzar una meta que los atletas federados querían alcanzar sin la menor dilación. Una diferencia en la perspectiva que, como siempre, se dejó notar desde el comienzo con los candidatos al triunfo situados al frente de la espectacular serpiente multicolor que los participantes formaron para iniciar su paso por San Torcuato en dirección a la Plaza Alemania. Para entonces, ni Santa Claus ni sus renos podían ya seguir el ritmo de los favoritos.

Nuevamente, superhéroes como Batman, Hulk o Flash se quedaron atrás junto a divertidas versiones de animales de peluche, pitufos, bombones, esquiadores, presos, algún que otro personaje del mundo de los videojuegos y hasta una langosta huyendo para no acabar en la cazuela.

Todos ellos y otros muchos zamoranos se divertían alejados de una cabeza de carrera que regresaba a la Plaza Mayor apenas 4 minutos y 45 segundos después de su partida. Un paso intermedio al que Diego Bravo, Alberto Domínguez y Pedro Ramos llegaron prácticamente a la vez, siendo los tres máximos candidatos al triunfo final junto a Francisco Alfonso y Marcos Gómez. Todos ellos atravesaron el epicentro del circuito a una velocidad endiablada, iniciando el goteo de atletas que brindaron al público asistente un espectáculo que brilló entre las nieblas y compensó la desagradable sensación térmica.

No hubo tregua en la parte final del recorrido entre los primeros clasificados. La carrera iba lanzada y nadie quería dar su brazo a torcer, así que todos los aspirantes al triunfo trataron de encontrar el ritmo más elevado posible para dejar fuera al resto de sus rivales. Un propósito, el último de 2019, que Diego Bravo fue capaz de ejecutar a la perfección para encarar la recta final del trazado por delante del resto de corredores con una ventaja considerable.

El ganador de 2018, destacado en los últimos tiempos de la San Silvestre Zamorana, encaró los últimos metros con la victoria en el bolsillo tras incrementar aún más el alto ritmo que requirió la prueba. Así, cruzó la meta en solitario con un tiempo de 9:47, siendo su triunfo uno de los más claros de los últimos tiempos, para esperar en meta a Alberto Domínguez y Pedro Ramos. Bravo saludó a sus dos contendientes, ambos con tiempos por encima de los diez minutos, conformando así el último podio de 2019 con el público ovacionando su actuación.

No menos aplausos recibió Jimena Martín, que como ocurriera en 2018, poco tiempo después de Bravo alcanzó el final del recorrido. La burgalesa, con ascendencia zamorana, tuvo que emplearse a fondo para repetir gloria en la Plaza Mayor, punto que alcanzó con una marca de 12.22. Un tiempo al que no pudieron acercarse ni Marta Rodríguez ni Alma de las Heras, si bien ninguna de ellas se quedó muy lejos de la vencedora terminando ambas a 11 segundos de la misma para completar el podio de la categoría femenina.

Tras los campeones, el resto de participantes fueron poco a poco alcanzando la meta. Unos, logrando mejorar sus marcas; otros, con la lengua fuera pero con la satisfacción de haber cumplido su último reto del año. A su ritmo, todos fueron reuniéndose en una Plaza Mayor que, para la entrega de premios, había perdido el color de los disfraces, dejando en una ceremonia íntima bajo la iluminación navideña el reconocimiento a los mejores de la última carrera de 2019.