"Ha sido un año de sensaciones contradictorias", afirmaba Iñaki Gómez. "Un año con luces y sombras", comentaba Leo Álvarez. Dos formas muy similares de ver el 2019, un año que se va para el Zamora Rutas del Vino sin dejar grandes éxitos deportivos ni disgustos insalvables. Porque, como quedó claro ayer en el balance que efectuaron jugador y técnico, para el primer equipo del Balonmano Zamora de enero a hoy ha habido un poco de todo.

"Al final, cuando haces balance, te quedas con el tema personal. En este caso, pues tenemos a dos amigos lesionados y duele bastante que sea así. Uno no podrá jugar en toda la temporada, el otro no sabemos pero no pinta bien... Eso es lo que más nos pesa ahora mismo", relataba ayer Iñaki Gómez sobre el regusto que deja 2019 en los "Guerreros de Viriato". Un sabor amargo, el de las lesiones, que no por acentuado en los últimos meses dejó de estar presente a lo largo del año. De hecho, el propio Iñaki sufre problemas en el talón de Aquiles ahora mismo y no le permite "dar todo lo que quiere" a un equipo al que intenta "aportar cada día para hacer al grupo mejor, aunque no sea Octavio ni Raúl".

La baja de ambos centrales pone la guinda a un año cargado de problemas físicos. Desde los de Petter o el añorado Ceballos a los que han sufrido Dalmau o Sarasola en campañas distintas. Pocos se libran de la lacra que ha pesado en el rendimiento de un Zamora Rutas del Vino que, sin embargo, acaba "satisfecho en el aspecto deportivo" este 2019. O al menos, así lo quiso transmitir ayer el "jefe" de su vestuario.

"Satisfecho por el bagaje que lleva el equipo, aunque nos quedáramos con la miel en los labios ante un Puerto Sagunto superior poco antes del verano. Y tal y como se planteaba esta temporada, con las buenas sensaciones de pretemporada y los resultados... pues un poco raro porque llevamos los mismos puntos que el año pasado a estas alturas de liga", explicaba Gómez, añadiendo: "Hemos ganado a buenos equipos como Alarcos y Córdoba; hemos llegado a tercera ronda de la Copa del Rey... Creo que el único debe está en la segunda parte del encuentro ante Atlético Novás. Hay que ser pragmáticos y realistas, el equipo ha sumado los mismos puntos que el pasado año y tiene una buena tendencia".

Esa buena línea que augura Iñaki para el Zamora Rutas del Vino en 2020 se basa, entre otras cosas, en las buenas sensaciones que dejó el duelo ante BM Benidorm el pasado martes. "Hacerle 29 goles a un equipo Asobal sin poder correr como lo hacemos habitualmente, es muy buena señal. El equipo va hacia arriba y vamos a ver si en las jornadas que restan de la primera vuelta pescamos algún punto más", relató, apuntando de cara al último encuentro del año que "se tienen pocas posibilidades pero, si nuestra defensa y la portería responden, se competirá hasta el final".

Precisamente, a la hora de elegir un momento dulce de este 2019, Iñaki Gómez eligió el poder disfrutar de Miguel Guarido y su actuación ante BM Benidorm del martes. "En el equipo trabaja mucha gente, muchos chavales que están en el día a día y resulta muy satisfactorio ver cómo, con trabajo, van llegando a la órbita del primer equipo y teniendo minutos. El otro día pasé un rato muy agradable viendo crecer en la portería a Miguel Guarido, un chico brillante en muchas facetas que no atravesaba por un buen momento deportivo y que me alegra que hiciera un 50% ante un equipo de Asobal", explicó, apostillando: "Él, David, Marcos... ver que, de vez en cuando, tienen un minuto de gloria, es lo que más feliz nos hace. Eso y ver que el proyecto se mantiene, con sus altibajos o sus crisis, pero cuenta con un pabellón repleto de gente que se vuelca con el equipo. Esa sensación de apoyo incondicional también es de lo más reconfortante".

De manera similar, Leo Álvarez no dudó en asegurar que hubo en este 2019 "luces y sombras". "No fuimos capaces de ganar esa regularidad que nos permitiera ir más arriba y ganar un punto de competitividad, de mejora... Es cierto que hemos tenido muchas dificultades, con las lesiones en jugadores importantes como Octavio y Raúl, pero reestructurar el ataque para competir a mejor nivel nos ha costado tiempo. A partir de ahí, contento con el trabajo que es un apartado que valoro mucho. No hemos tenido apenas semanas de entrenar a baja intensidad y no han faltado ganas nunca", razonó, asegurando que de ese punto agridulce se queda "con la sensación que da ver a este equipo salir siempre del bache y competir con equipos, aunque sean superiores", si bien su exigencia siempre le lleva a "pedir un poquito más". Una demanda que arranca en sí mismo y en su labor como entrenador, siendo 2019 el año en el que finalizó su primera campaña al frente del grupo. "Obviamente, más allá de ganar, están objetivos como ganar bien y competir o hacer un buen balonmano. Yo me insisto en ello y, a ese nivel estoy contento pero no niego que haya que trabajar para mejorar porque ese es el punto fundamental que me marco siempre. Con esa idea tenemos que pasar página y afrontar 2020", concluyó.