El Zamora CF alcanzó la proeza de eliminar al Sporting de Gijón en un partido que se le puso a favor a la media hora de juego con un gol de penalti de Sergio García que se encargó además de sentenciar en el 82. El resto lo puso un enorme trabajo defensivo de todo el equipo.

El Zamora de David Movilla volvió a hacer presente en el Ruta de la Plata aquel Zamora de Raúl González que con un gol de Xaco hizo temblar a todo un Barcelona y que había dado cuenta anteriormente en aquella temporada 2005-06 de la Real Sociedad y el Eibar. Pero el Zamora de ayer era un Zamora de Tercera, un equipo todavía dolido del enorme disgusto del último play off y que no encuentra consuelo en la Liga por muchos récords que siga batiendo.

El de ayer sí fue una victoria para reivindicar a este equipo y devolverle la fe en conseguir este mismo año, por fin, el ansiado ascenso. Para ello, Movilla no intentó improvisar nada, ni sacarse de la chistera ningún truco especial. Hizo lo que la lógica impone, intentar que el Sporting estuviera siempre lo más lejos posible del área zamorana y frenarle no sólo con un trabajo de defensa colectiva, sino metiéndole el miedo en el cuerpo al contragolpe, un terreno en que el equipo se encuentra en su salsa -mucho más que cuando tiene que atacar en estático- y en el que Sergio García es un consumado maestro.

Fueron dos escapadas marca de la casa, cogiendo la espalda a la defensa, y definiendo con enorme sangre fría y de forma magistral, que supusieron los dos goles zamoranos. Y el resto, lo puso el equipo que supo sobreponerse al intenso acoso gijonés durante la segunda parte, y un portero como Jon Villanueva que ya se merece un poco más de reconocimiento en categorías superiores. Era lo previsible y así ocurrió, el Zamora salió al campo sin complejos y dispuesto a ponerle las cosas muy difíciles al Sporting, al que esperaba presionando muy arriba y aprovechando cualquier opción para buscar a Sergio García que jugaba al despiste con la defensa cambiando constantemente de banda. Y el delantero zamorano tuvo la primera a los dos minutos de juego en una escapada que el árbitro anuló por dudoso fuera de juego. Fue el primer aviso de un gran recital.

El Sporting saltó al campo con un solo titular del pasado domingo en Lugo, Damián, pero con un solo jugador del filial, y tal vez por la lógica falta de conjunción tardó en imponer su superior categoría aunque ya en el minuto 10 se producía una brillante acción con pase de tacón de Alvaro sobre Carmona que disparaba al exterior de la red. Instantes después era Pablo Pérez, el mejor del partido en el cuadro asturiano, el que remataba de cabeza un buen centro de Carmona, pero Jon Villanueva atrapó sin problemas el esférico.

El Zamora no hacía concesiones atrás, se iba al ataque sin complejos y tuvo la suya en el rechace de una falta que recogió Valentín para disparar con mucho peligro, pero un defensa se interpuso para desviar el balón a córner. La consigna seguía siendo buscar a Sergio García y funcionó la estrategia porque el zamorano recibió en el centro del campo y se escapó por velocidad de su paisano Cristian Salvador, que regresaba al Ruta de la Plata con el Sporting y que no tuvo más remedio que hacerle falta cuando ya encaraba al portero Joel. El propio Sergio García se encargó de lanzar el penalti y el Zamora se adelantaba en el marcador.

Intentó reaccionar el equipo asturiano que careció ayer de la intensidad necesaria para sacar adelante la eliminatoria, con un potente disparo del lateral Damián con el que se lució Jon García. Pero el Zamora se había crecido y perdió definitivamente todos los complejos para disputarle al rival el balón como sí de un igual se tratase.

El Sporting reanudó el partido dispuesto a remontar cuanto antes, adelantó bastante sus líneas, comenzó a dar miedo a su rival, y el Zamora se veía cada vez más encerrado en su parcela, pero la defensa seguía segura y Villanueva respondía en un disparo desde cerca de Pablo Pérez, que también se había escapado poco antes por la derecha para centrar al segundo palo donde Alvaro no acertó con la portería.

El equipo asturiano tampoco podía volcarse mucho sobre él área contraria porque Sergio García seguía recibiendo balones a la contra. El acoso asturiano no se acababa y Alvaro volvía a obligar a Jon a rechazar a córner su disparo. El Zamora lo pasaba mal pero con la ayuda de su público resistía y el reloj corría a su favor. José Alberto López buscó mayor poder por las bandas dando entrada en el campo a Isma Cerro y Movilla mantenía el once inicial.

Jon Villanueva era el gran protagonista del Zamora en sus salidas siempre acertadas. Carmona lo intentaba en un libre directo y también se encontraba con Villanueva. Poco a poco el agobio gijonés iba decreciendo y ni siquiera la entrada de Neftalí sirvió para que llegase el gol del Sporting. Por contra, David Movilla quería más y sustituía a Valentín por Escudero, otro atacante. Y no sólo no llegó el gol del Sporting sino que, en un despiste de la defensa del Sporting, Sergio García recibía un pase en profundidad para plantarse ante Joel y batirle con una enorme sangre fría. Todo parecía decidido pero Nacho Méndez estuvo muy atento para marcar el 2-1 al recoger el rechace de Jon a disparo de Méndez. El árbitro ordenó prolongar tres minutos el partido, pero ya nada más ocurrió y el Zamora vuelve a hacer historia en la Copa del Rey. Ahora, a esperar un rival de Primera División.