Rusia se hizo ayer con el Memorial Juan de Mena al ganar a España el último partido del torneo. Un encuentro con emoción hasta el final que se resolvió con triunfo soviético por un ajustado 69-71 que no quedó claro hasta pocos segundos antes del final.

Entró con una marcha más la selección española a la lucha por el título en el Ángel Nieto, firmando un triple para abrir el marcador y dando así comienzo a un parcial de 7-0 que le permitiría dominar durante los primeros compases del envite. Y es que, Rusia no tardó en reaccionar y devolver el golpe para igualar el encuentro cuando apenas habían transcurrido tres minutos y medio del mismo.

El primer cuarto fue muy vivo, con ambos equipos atacando sin descanso. Un guion que parecía beneficiar a España, cuya defensa más alta le permitía mantenerse por delante en el marcador pese al intercambio de canastas si bien no conseguía nunca dejar atrás a las rusas que, emulando la defensa de su rival, secaron la anotación española. Un cambio defensivo que llevó a La Roja a perder las riendas del partido e impulsó de manera notable al combinado soviético que, en los siguientes minutos, firmó un amplio parcial a su favor para forzar el tiempo muerto español a falta de un minuto para la conclusión del primer parcial (14-24). Un periodo inicial que acabó con Rusia comandando el luminoso por 19-27.

Obligada a reaccionar, España dio un paso al frente al inicio del segundo cuarto con un 0-6 de salida que volvía a poner el partido en números muy ajustados (25-27). Sin embargo, como ocurriera minutos antes, Rusia devolvió el golpe a continuación para volver a contar con la misma renta a su favor al paso por el ecuador del periodo (25-33). Una respuesta que fue fruto de las posiciones incómodas para anotar de La Roja, por detrás en la batalla bajo los aros hasta que se entró en los minutos previos al descanso. Un tramo de encuentro en el que el combinado nacional pasó a dominar en el rebote y logró recortar diferencias, cerrando el primer acto cerca de la remontada (38-41).

La segunda parte del encuentro arrancó bajo control soviético. Rusia amplió diferencias con un 0-7 inicial que llevaban al encuentro a desequilibrarse notablemente. España afrontaba por segunda vez una desventaja de más de diez puntos y, como hiciera anteriormente, despertó de su letargo inmediatamente para volver a ajustar el tanteo (42-48, m. 35). Sin embargo, su incremento en la intensidad de su defensa no se vio correspondido con un ataque fluido y eficaz que le llevara a remontar antes de encarar el periodo decisivo del encuentro (52-54).

Con las espadas por todo lo alto arrancó el periodo decisivo, logrando España igualar la contienda en el primer minuto del desenlace y tomó la delantera gracias a un gran triple en el minuto siguiente. Dos acciones que sumadas a un contragolpe pusieron a España con cinco puntos de ventaja a siete de la conclusión (59-54). Rusia, por supuesto, no bajó los brazos y peleó pero las transiciones de La Roja, ahora, eran mortales. De hecho, el seleccionador soviético tuvo que parar el partido con su equipo siete puntos abajo para evitar que España se hiciera de forma fácil con el trofeo. Una estrategia útil pues, a falta de cuatro minutos para el final, el resultado era de 63-63.

Igualados en el tanteo, ambos equipos pelearon sin descanso por subir a lo alto del podio en la recta final del envite. Minutos en los que Rusia, más acertada, se puso por delante con hasta cuatro puntos de ventaja. Una renta que mantuvo de cara a los últimos sesenta segundos, en los que un triple de España puso suspense al envite. La Roja tuvo un robo de balón para ponerse por delante pero, al final, el combinado soviético sentenció el partido desde la línea de tiros libres y se alzó campeón del torneo.