El Caja Rural se impuso de forma clara y rotunda ayer al Casa Social en un duelo que las zamoranas decantaron a su favor en la primera mitad y sentenciaron a la vuelta del descanso, si bien consiguieron redondear su actuación y el resultado (5-0) en los últimos minutos de la contienda.

No tuvo opción alguna la formación visitante ayer ante el bloque de Nacho Merino. Las zamoranas controlaron a lo largo de casi todo el partido el balón, moviendo con tino el cuero entre las líneas enemigas y encontrando con fluidez los costados para atacar el área rival. Un guión al que, además, las locales consiguieron aunar puntería para desquiciar a un conjunto abulense que acudió a la Ciudad Deportiva limitado de recursos pero sin renunciar a jugar en buena lid.

El espíritu visitante por sacar el balón jugado y plantear una auténtica batalla futbolística sobre el verde chocó frontalmente con la mayor calidad del Caja Rural. Un talento que, en esta ocasión, también encontró premio de forma rauda para que todo resultara más sencillo. Y es que, un tanto de Fariza a los ocho minutos de juego, resultó un golpe de moral importante para las locales en su empeño por dominar la contienda de principio a fin.

Acumularon ocasiones casi de forma continua las zamoranas, ampliando diferencias al paso por la media hora de juego con un gol de Malena y poniendo la sentencia a los diez minutos de la reanudación. Un 3-0 que hizo bajar el ritmo de un Caja Rural que, pese a los esfuerzos abulenses por maquillar el marcador, no pasó por apuro alguno y gozó de múltiples ocasiones para incrementar su renta antes de la recta final. Unos últimos diez minutos en los que Andrea y Fariza, que completó su hat-trick, cerraron un 5-0 que resultó justo pero escaso para los méritos locales.