Con la enfermería siendo noticia, una vez más, el Zamora Rutas del Vino pone rumbo hoy a Pontevedra para tratar de alargar la buena racha de resultados que inició hace tres semanas en Palma del Río. Un desplazamiento que se antoja complicado para los pistacho en el intento de seguir añadiendo puntos a su casillero pues, en frente, estará el equipo más en forma de la División de Honor Plata. Un Cisne BM que ostenta el liderato ya bien entrada la competición.

Apuntaba Magariño que los "Guerreros de Viriato" deben acudir a tierras gallegas "olvidando las lesiones" para centrarse en el juego. Pero, si bien no le falta razón al canterano, parece harto difícil que la escuadra de Leo Álvarez pueda pasar por alto que encara uno de los partidos más peliagudos de la temporada cargado de bajas y jugadores "entre algodones". Para empezar porque, de forma inesperada, Raúl Maide se ha quedado sin poder aportar al equipo hasta 2020.

El central recibía diagnóstico a la lesión que sufrió en su rodilla ante BM Alarcos en la última contienda liguera y, con ello, se sabía fuera del equipo hasta pasadas las Navidades. Un duro golpe para la moral pistacho y para su nivel de juego, ya que Maide había cuajado buenos minutos en las dos últimas victorias zamoranas tras haber pasado varias semanas alejado de las pistas.

La ausencia de Maide no sería tan importante si no fuera porque Leo Álvarez anda escaso de efectivos para su primera línea. Además del canterano, Octavio sigue en el dique seco y las labores de dirección en la ofensiva del Zamora Rutas del Vino pasan casi en exclusiva a manos de un Iñaki con problemas en sus talones.

El veterano zamorano es la principal opción para ocupar un puesto en el que la alternativa es un Jortos que, según señaló su técnico horas antes del envite, sigue sin estar al cien por cien tras su último esguince. Así pues, el capitán tendrá también que hacer un esfuerzo para contribuir más allá de los laterales, un puesto también debilitado por la indisposición de Sarasola que sufre un edema óseo.

Pese a todas estos inconvenientes, el óbice más importante para el Zamora Rutas del Vino y su ilusión por seguir creciendo es hoy el Cisne BM. El alto nivel de juego de los gallegos y el importante factor cancha hacen de esta prueba una mucho más exigente que otras en la que los pistacho salieron vencedores pese a su carencia de efectivos.

La formación pontevedresa es, hoy por hoy, el rival a batir en la liga. Tras nueve jornadas, solo han cedido en su visita al Villa de Aranda. El resto de su trayectoria son triunfos basados en un juego dinámico, sólido y colectivo. Un estilo jugadores de la talla de David Chapela, Chan, Picallo o el goleador Vázquez y que centra sus éxitos e una defensa muy solvente sustentada en el brillante meta Jorge Villamarín.

El líder cuenta con pocas debilidades pero, no por ello, el Zamora Rutas del Vino renunciará a encontrarlas hoy. Y, dada la situación pistacho, el plan para destronar a Cisne BM y alargar la buena racha zamorana pasará por hacer efectivo el juego con el pivote. Una zona en la que el cuadro de Viriato no tiene bajas y cuenta con más altura, pudiendo ser determinante como también se antojan vitales la eficacia de la primera oleada y el repliegue defensivo. Aspectos a dominar para superar un nuevo y elevado escollo.