Como viene sucediendo en los últimos años, el Tour de 2020 se ganará subiendo. Eso se extrapola del reparto del recorrido de la próxima edición, presentado ayer en París, y donde incluso los kilómetros cronometrados se centran en las rampas de La Planche des Belles Filles.

El mandato de Prudhomme sobre la ronda gala está marcado por la ventaja a los escaladores. No será una excepción la edición de 2020, que arrancará el 27 de junio, una semana antes de lo habitual por los Juegos de Tokio, y acabará el 19 de julio en los Campos Elíseos.

Prudhomme sueña con "un Tour como el de 2019", en el que Egan Bernal inscribió a Colombia en al palmarés por vez primera tras una competición trepidante. Para ello ha dispuesto nueve jornadas llanas, tres accidentadas, ocho de montaña, con cuatro metas en alto, y la guinda de una contrarreloj que acaba en las duras rampas de La Planche des Belles Filles. Un recorrido en el que ha mantenido la búsqueda de etapas cortas y puertos desconocidos y explosivos.

En ese camino, el Tour de 2020 sigue buscando rampas lejos de Alpes y Pirineos, su terreno por antonomasia. Esta vez no se subirá ni Tourmalet, ni Galibier, ni Alpe d'Huez, pero los organizadores esperan sorprender con nuevos picos.

El Tour comenzará en Niza y en esa ciudad aposentará sus maletas durante tres jornadas. Sin apenas respiro, el pelotón se dirige al Macizo Centra antes de adentrarse en los Pirineos, donde no hay llegadas en alto. Dirección al norte para asentarse en la costa atlántica, con una primera jornada de reposo y una vistosa etapa entre las islas de Oléron y Ré.

Rumbo al este, dos etapas de transición y un nuevo paso por el Macizo Central para conocer las rampas del Puy Mary antes de adentrarse en el Jura para ascender el Grand Colombier. Tres etapas alpinas después llegará el toque final, 36 kilómetros de crono entre Lure y La Planche des Belles Fille, cuyas rampas están destinadas a elegir al ciclista que llegue ganador a los Campos Elíseos.