Carlos Garrote recibió ayer el Premio Pódium al Mejor Deportista Absoluto de Castilla y León en la gala que tuvo lugar en el Centro Cultural Delibes de Valladolid que reunió a los mejores deportistas de la región de la pasada campaña. Un auténtico quién es quién de las grandes figuras deportivas de 2018 a nivel autonómico que tuvo en el zamorano su gran protagonista.

El mejor deportista castellanoleonés del pasado año, en virtud a sus títulos en el Campeonato de Europa y Campeonato del Mundo, conquistó el año pasado dos coronas que nunca que nunca antes en la historia del piragüismo español habían sido conquistadas por un único deportista en la misma temporada y en distancia olímpica. Un logro al que añadió una tercera victoria en los Juegos Mediterráneos disputados en aguas levantinas y al que sumó este año la clasificación olímpica de su embarcación.

Precisamente, sobre los Juegos Olímpicos se basó gran parte de su intervención tras recoger el premio, señalando que "haber logrado la plaza olímpica al acabar tercero el último Mundial también era un importante y que perseguíamos para poder culminar el ciclo olímpico con la posibilidad de ir a Tokio". Una opción que perseguía hasta dormido. "Soñé más de una vez con clasificar el barco para Tokio porque, por primera vez, optaba a una clasificación olímpica y los dos o tres meses antes del mundial fueron muy complicados", comentó, antes de hablar de la "injusta" normativa que le obligará a pelear por una plaza que ganó a pulso este verano.

"Solo queda aceptarla y hacerse un hueco entre los seis mejores. Mi entrenador y yo estamos trabajando en ello y estoy convencido de poder conseguirlo. Me veo entre los seis mejores y remaré para intentar clasificarme", concluyó.