Con una sencilla goleada (4-0) despachó ayer el Zamora CF al colista del Grupo VIII, el Mirandés B, en un Ruta de la Plata que disfrutó de un partido plácido y sin sobresaltos. Un encuentro en el que las rotaciones rojiblancas dejaron ver el potencial con el que cuenta la escuadra de David Movilla, un plantel en el que talento no falta.

Con varias novedades en su once arrancó la contienda el Zamora CF. Un equipo inicial en el que Asiel dejaba su puesto en defensa para que Rasines se estrenara como rojiblanco alterando la zaga habitual de Movilla, que también dio descanso a Parra situando a Raúl en el lateral. Además, el técnico mantuvo en ataque a la dupla Prieto-García, situando por detrás un doble pivote con Vallejo y Juanan para introducir a Guille Perero en banda y dejar en el banquillo a Carlos Ramos.

Todos estos cambios no supusieron trastorno alguno al Zamora CF. Obedecieron a una clara propuesta de los locales por invitar al Mirandés B a no encerrarse para ajusticiarlo con ataques letales una vez se recuperara el balón. Y los burgaleses cumplieron porque, lejos de someterse o pensar únicamente en su portería, buscaron a Villanueva siempre que pudieron. De hecho, la primera la tuvieron los visitantes en una falta que Zunzu chutó fuera. Pero ni toda la voluntad del mundo iba a salvar ayer al Mirandés B porque, a la hora de la verdad, el Zamora CF fue tremendamente superior. Los rojiblancos, con un Vallejo soberbio, siempre frenaron las cargas visitantes antes de que inquietaran a Villanueva para, en pocos pases, poner en apuros al meta Carbajo.

El primer aviso local llegó pasados los cinco minutos, quedándose cerca Valentín de abrir un marcador que tardó apenas diez minutos en registrar el 1-0. Un gol nacido en una recuperación de la zaga local, servida al centro del campo para descargar el cuero sobre un Guille Perero cuyo pase raso a la espalda de la zaga local recogió Sergio García recogía en el corazón del área para definir el exterior en el mano a mano con el portero.

El dibujo de este gol fue, en líneas generales, el de cada ataque rojiblanco. Y es que, con dos puntas como Valentín y Sergio, cualquier defensa que deje metros tras de sí es un caramelo. Aunque también hubo tiempo para ocasiones tras un balón parado, como la que falló el delantero zamorano a los veinte minutos o la del minuto 22 que repelió Carbajo con algo de fortuna.

Lo cierto es que, viendo que su meta no registraba más goles, el Mirandés B trató de animarse a visitar el campo del Zamora. Pero, salvo un disparo lejano, Villanueva no tuvo necesidad de intervenir más que para reanudar el juego. Por contra, los hombres de Movilla no paraban de acumular ocasiones. Valentín, solo en el interior del área a pase de Sergio García, o Dani Hernández, con un tiro lejano, fueron los que más se acercaron a dar el gol de la tranquilidad al Zamora CF antes de la recta final del primer acto. Un tramo de partido en el que los rojiblancos alcanzaron ese importante segundo gol bajo una fórmula similar al 1-0.

Esta vez, en lugar de un robo de balón y pase desde la banda, fue una pillería de Sergio García la que originó el 2-0. Cabeceó el saque del meta rival a la espalda de la zaga visitante y dejó a Valentín mano a mano con el meta rival para que este sacara un exquisito tiro raso y cruzado inalcanzable para Carbajo. La renta zamorana al descanso pudo ser mayor pero Dani Hernández desaprovechó otra cabalgada de Perero que García le puso en bandeja al borde del área. Un fallo que, paso por vestuarios mediante, precedió al tercer tanto rojiblanco. Un gol determinante que acabó por sentenciar al colista.

Dos minutos tardó en llegar la primera ocasión del segundo acto para los de Movilla y lo hizo, como no, en otro pase en profundidad. Esta vez de Vallejo para Valentín, que recogió en banda derecha para servir al segundo palo a un Sergio García que, con un hábil desmarque, empujó solo a la red el cuero en el 3-0.

El segundo de García marcó el inicio tiempo para los cambios en ambos equipos. En el bando rojiblanco, pensando en la acumulación de minutos como demostró la entrada de Garban por Piña; y en el Mirandés B, con intención de rascar algún gol, siendo Ibra el que ingresó al terreno de juego. Sin embargo, el equipo que volvió a encontrarse con el gol fue el Zamora CF. Lo hizo casi sin querer, en un error de Carbajo que Valentín aprovechó para dejar un disparo franco a Dani Hernández. El capitán fusiló sin oposición e hizo el 4-0 segundos antes de que Sergio García dejara su sitio a Rubiato.

La última media hora, ya con todo decidido, sirvió para ver un Zamora CF con menos celeridad a la hora de atacar la meta rival y un Mirandés B que, sin cesar de luchar, menguó su resistencia. Hubo pocas oportunidades y, como era de esperar, la mayoría de color rojiblanco.

Movilla dio minutos en la recta final a Escudero y retiró a Juanan, cambiando una vez más el dibujo de un Zamora CF que tuvo la ocasión de aumentar su goleada en una buena acción marrada por Valentín. Mientras que, el colista, buscó con ahínco el gol del honor y merodeó la meta de Villanueva en un par de ocasiones aunque lo hizo sin acierto. Y es que, a la hora de la verdad, el filial no cuenta con el talento que atesoran los rojiblancos a la hora de buscar la meta rival o el aplomo de los defensores zamoranos a la hora de recuperar el esférico. Una diferencia que quedó bien reflejada en el 4-0 final.