Carlos Sainz (Mini) no pudo ayer con el sudafricano Giniel de Villiers (Toyota Hilux), que se impuso como ganador absoluto del Rally de Marruecos, una prueba donde la sorpresa la dio el abandono en la última jornada del catarí Al-Attiyah, gran favorito al inicio de la carrera. Sainz, que necesitaba recortar más de cuatro minutos de desventaja, se encontró que su rival pudo mantener su renta en cada punto de control de la última etapa.