El Innova Chef se topó con un inspirado Bodegas Rioja Vega que, en su carta de presentación en el Palacio de los Deportes, sacó los colores a los zamoranos que llegaron a ir perdiendo por 34 puntos (70-36) y que acabaron maquillando el marcador para finalmente sólo perder por 24, 79-55.

El CB Zamora se lo puso fácil a los logroñeses, en plenas fiestas de San Mateo, para que se gustaran. En ocasiones, los números hablan por sí solos: 22 asistencias locales, 5 visitantes; 10 robos de balón por los anfitriones, 1 por los zamoranos. Eso en cuanto al juego de equipo.

Por no mencionar los tantos por ciento de los lanzamientos. Un pírrico 14% presentó el Innova Chef en el triple (3 de 22, hasta 8 intentó Bonde para anotar 1). Por dentro, la cosa no fue mejor, 17 de 40 para un 42%. Por fortuna, se estuvo mejor en el rebote que los locales. Un mal menor que Zamora sólo concediera 4 rebotes ofensivos. Sin embargo, se demostró que resultó algo insuficiente para frenar a un Bodegas Rioja Vega que actuó con más intensidad durante todo el partido, y con más energía que su oponente.

Ya desde el comienzo se vio claro que a los zamoranos les faltaba ritmo e intensidad. Hasta 6 minutos le costó al Innova Chef anotar su primera canasta de juego, obra del esloveno Ziga. Demasiado tiempo para que el Bodegas Rioja Vega se escapara en el marcador, diera la vuelta al 0-1 inicial y comenzara a vivir un partido tranquilo y aparentemente sencillo para comenzar el curso con victoria. El 11-2 a los 4 minutos de juego ya era sintomático de que había un equipo que estaba pasando por encima al otro.

Parecía que se equilibraba la contienda hasta el final del cuarto inicial, pero el problema estaba en que Zamora necesitaba mucho más. Por de pronto, actuar en defensa y ser más ambicioso y en ataque. El 21-12 después de 10 minutos propiciaba que los de Jenaro Díaz mandaran en la pista, en el electrónico y en las sensaciones. Con Paukste intimidando era complicado darle continuidad al ataque.

Cierto que en el segundo cuarto, Zamora dio un paso adelante en cuanto a su actitud defensiva. Cambió de estrategia, templó nervios y encontró la manera de ir cortando las alas a un rival que quiere correr, que necesita ser agresivo atrás para poder exhibir músculo con transiciones rápidas, pero que ahora no podía hacerlo.

Enfrente, un conjunto encogido donde nadie encadenaba varias acciones para hacer creer a sus compañeros que a lo que estaba sucediendo en la pista se le podía dar la vuelta. Sin respuesta. Ziga lanzaba y lanzaba, igual que Libroia. Estaba de que no. Alderete dejaba un 37-21 instantes antes del descanso. Podía ser un punto de inflexión. Ni eso porque tras el 0-5 de parcial, Justice sumaba un triple para alcanzar el intermedio.

El tercer cuarto fue más espeso. Para los dos equipos. Sin embargo, el cuadro riojano hizo los deberes para, gracias a un parcial de 5-0 en minuto y medio, casi sentenciar el encuentro (45-26). Una diferencia que iba en aumento ante un errático contrincante que dilapidaba sus opciones cuando el electrónico marcaba el 50-28. A partir de ese momento, el duelo se atascó para los locales, pero es que Zamora no lo aprovechó.

Fueron minutos duros porque la ventaja rondaba la veintena de puntos. Innova Chef entraba a los últimos diez minutos, 56-36, y salió escaldado. Parcial espectacular de 16-0 para llevar 54-36 al 70-36 en cinco minutos.

Visto para sentencia, el Bodegas Rioja Vega dosificó las piezas y redujo la intensidad para que Zamora ganara en continuidad en su faceta anotadora para ir maquillando el marcador, con un buen parcial final de 9-19. Claro que esta reacción llegó tarde, a destiempo, y con todo ya resuelto desde hace mucho tiempo.

Si en el equipo logroñés anotaron todos sus hombres, hasta once, y tres de ellos pasaron la decena, con dos al borde, en las filas zamoranas, Walter Junior fue el máximo anotador del Innova Chef con 12 puntos.