El Benavente se despistó ayer en Salamanca cuando encaraba con un punto en su mano la recta final de su envite frente a un Béjar Industrial que aprovechó la ocasión para anotar dos goles y dejar sin premio el encuentro de los "tomateros" en el Mario Emilio.

El castigo por dejarse llevar en el tramo final, dos goles en cinco minutos, dejó sin recompensa el esfuerzo previo de un Benavente que comenzó la contienda dominando y que fue mejor que su rival durante bastantes tramos del encuentro. Un choque que arrancó con los de Redondo golpeando primero, a los 24 minutos de juego, en una buena jugada que finalizó Francisco Javier con acierto para poner el 0-1.

El tanto no supuso ninguna reacción en un Béjar Industrial que tardó un buen rato en reponerse del golpe pero que, poco a poco, fue comenzando a acumular ocasiones de gol. Eso sí, careció del acierto necesario como para empatar la contienda antes de que esta alcanzara su ecuador y los equipos se dirigieran a vestuarios.

Ya en la reanudación, sin cambios, el duelo cambió su guion. Era el Béjar Industrial el que llevaba la voz cantante ante un Benavente que utilizaba su ventaja para esperar atrás una ocasión con la que rematar a su adversario sin desperdiciar energías.

Diez minutos después de volver del vestuario, el Béjar devolvió la igualdad con un gol de Rubén que hacia presagiar un final de encuentro muy entretenido. Y así fue. Ambos equipos vieron con opciones de llevarse los tres puntos y la intensidad aumentó sobre el terreno de juego.

El Benavente lo intentó en diversas ocasiones pero quién realmente dio sensación de crear peligro ha sido el Béjar, que ya en la recta final del encuentro, obtuvo recompensa a su esfuerzo. Primero gracias a Daniel, que en el minuto 85 adelantó a los locales por primera vez para hacer rugir el Mario Emilio y, luego, por mediación de Iñigo que con un lanzamiento de falta puso el definitivo 3-1 en el último minuto del choque.

Al final los tres puntos se quedaron en Béjar y el Benavente abandonó el campo textil con la sensación de haber podido arañar un resultado positivo que mereció en el primer acto y no supo conservar en la recta final.