La delegación de la selección española de piragüismo compuesta por trece palistas, ocho en la modalidad de esprint y cinco en paracanoe, llegó ayer a Tokio para participar en el test olímpico que se celebra del 12 al 15 en las instalaciones Central Breakwater para probar esta infraestructura, que acogerá la competición de piragüismo y remo durante los Juegos de la XXXII Olimpiada.

Los palistas ensayarán en la pista de competición de los JJOO de Tokio 2020 con el objetivo de "recopilar la mayor información posible y no dejar nada para la improvisación" durante la cita olímpica, asegura el director técnico de la Federación Española de Piragüismo, Ekaitz Saies, al que acompañan los entrenadores Miguel García, Marcel Glaván, David Mascato e Ismael Uali.

El equipo español acude a la cita nipona con un grupo de deportistas en el incluye al campeón olímpico balear Marcus Cooper Walz -oro en K1 1.000 en Río-, junto a sus compañeros del K4 500 subcampeón mundial los gallegos Carlos Arévalo y Rodrigo Germade. Saúl Craviotto, marca de esta embarcación, no competirá en Tokio.

La pontevedresa Teresa Portela, que al igual que el K4 500 alcanzó recientemente la clasificación para Tokio 2020, tendrá hoy miércoles su primer contacto con el campo de regatas que le permitiría alcanzar sus sextos Juegos, la primera deportista española en lograrlo.

La representación de esprint la completan los canoistas gallegos Sergio Vallejo, Adrián Sieiro y Antía Jácome, además de la castellano-leonesa Patricia Coco.

En paracanoe España acude con los dos deportistas que consiguieron la clasificación para competir en Tokio 2020: el extremeño Juan Valle (KL3) y el vasco Higinio Rivero (VL2).