Desde el primer minuto de partido se reflejó sobre la pista lo que sería el sería el devenir del encuentro: el Torrelavega apostaba por un ataque mucho más pausado, mientras que el Rutas del Vino -fiel a su estilo-ofrecía una versión mucho más espídica y con ansias de correr.

Le funcionó mejor el plan inicial al conjunto hoy naranja fosforito. Los cántabros se adelantaron 3-0 en los tres primeros minutos de juego, mientras que los "Guerreros de Viriato" conjugaban tiros forzados con desacierto en las finalizaciones.

Los visitantes acudían al Ángel Nieto con un ataque de doble amenaza: lanzamientos lejanos de sus más que potentes laterales y trabajo "sucio" en el pivote, donde se encontraba un viejo conocido de la afición: Marc Abalos. Precisamente, Abalos se convertiría en una verdadera pesadilla para la defensa pistacha (hoy de azul), especialmente para el veterano Fernando, que no consiguió contener el siempre desbocado ímpetu de Abalos.

Juego sencillo, a la par que eficaz, el del Torrelavega. Sube el balón el central, abre a un lateral mientras se incrusta en la defensa local, el lateral que recibe abre a su homólogo de distinta banda y este se alza para soltar el latigazo. Pues bien, con este sencillo ataque el partido llegó 4-6 para los cántabros cuando el electrónico superaba los diez minutos.

Leo Álvarez apostó por la vieja guardia -con la excepción de Admella, que salió de la partida- y mantuvo a los Jortos, Ramiro, Cubillas, Octavio y Fernando hasta casi los primeros 15 minutos de la primera mitad.

Las distancias se acortaron a tan solo un tanto cuando el reloj marcaba los 17 minutos de juego. El encargado de convertir el gol sería Jortos, al que hasta el momento los palos le habían privado de sumar más dianas en su cuenta particular. Un virus que se extendió a la práctica totalidad del ataque pistacho, ya que ocasiones para empatar, e incluso ponerse por delante, las hubo a pares.

La errática precisión de los locales (se contarían media docena de palos durante la primera parte), unida a la solidez -en ambas áreas- de los del Torrelavega), hizo que la distancia entre equipos creciera hasta los cuatro tantos.

Jaime Gallego, el joven pivote fichado por el Rutas del Vino este verano, no acaba de encontrarse cómodo. En ataque le tocó bailar con las más feas y no pudo dar el espacio suficiente a sus compañeros para colarse por las grietas de la defensa visitante. No obstante,es justo recordad que se trata de un jugador de tan solo 17 años de edad en pleno crecimiento.

La primera parte finalizó 11-15 a favor de los torrelaveguenses. Un marcador excesivamente abultado en parte por la falta de puntería local, que envió demasiados goles al limbo de la línea de fondo.

Salió con otra cara el Balonmano Zamora en el inicio de la segunda mitad. Los "Guerreros de Viriato" redoblaron sus fuerzas en defensa y pudieron comenzar a correr. Estos primeros minutos de brillantez le servirían para endosar un 6-2 de parcial en los primeros ocho minutos y poner las tablas en el marcador tras ir todo el partido en desventaja.

La siguiente jugada, de nuevo por los cauces veloces que tanto fomenta la pizarra de Leo Álvarez, Ramiro consiguió poner por delante (18-17) por primera vez en todo el encuentro al Rutas del Vino.

Algo había pasado en el descanso porque aquí la enchufaba todo el mundo que llevase una camiseta azul. Para más inri Octavio comenzó a carburar: gol por aquí, dejada por allá a Mouriño, pase de 25 metros para dejar solo a Cubillas... Corría el minuto 42 de encuentro y el Rutas del Vino pasó de perder por cuatro al inicio de la segunda parte, a ganar por tres y haber inclinado la balanza de juego. Al Balonmano Zamora le salía todo y al Torrelavega nada. Alejandro Mozas, entrenador visitante, movía el banquillo pero su equipo era incapaz de igualar el endemoniado ritmo que tanto gusta a los hombres de Leo Álvarez. Cabe destacar que el intenso calor del que se pudo "disfrutar" en el Ángel Nieto favorecía el desgaste físico.

El partido se encaminaba a los últimos diez minutos y el Torrelavega consiguió desentrañar la maraña defensiva de Álvarez y colocar el empate a 23. A pesar de ello, el encuentro había entrado en una dinámica de transiciones que tanto favorece a la escuadra pistacho. Los cántabros habían resuelto la primera parte del puzle, comenzaban a anotar de forma continuada, pero no lograba frenar las acometidas de "Los Guerreros de Viriato", comodísimos durante toda la segunda mitad del amistoso. Por cada gol que hacían los naranjas, los azules contestaban con dos. 28-24 y cinco minutos para echare el cierre.

Tiempo para los canteranos y para el disfrute de la hinchada local, ya que el partido se convirtió en un correcalles que solo sirvió para que los de Leo Álvarez aumentaran su ventaja. 30-24 y el Balonmano Zamora continúa sumando buenas sensaciones durante esta pretemporada, en la que ha ganado dos encuentros y perdido uno.