El Desguaces Casquero está sentado a la mesa y apenas le quedan fichas con las que apostar. Es una última mano o nada, si la fortuna no le sonríe con una pareja de ases puede que una temporada casi perfecta se vaya al traste en tan solo una tarde.

La Rosaleda se vestirá de gala, o de guerra mejor dicho, hoy a las 19.00 horas para acoger el partido de vuelta entre el Atlético Benavente y el África Ceutí. Tras un 6-3 a favor de los visitantes conseguido hace una semana en su estadio, el conjunto que consiga una mejor anotación en el cómputo global de los dos encuentros obtendrá el ansiado ascenso a Segunda División.

Es mucho lo que se juegan ambos equipos. De parte de los benaventanos se agolpa todo lo conseguido este curso -ni más ni menos que un título de liga conquistado con un dominio apabullante sobre sus rivales- y todo lo sacrificado por el camino, no en vano los de Chema Sánchez acumulan en sus piernas 126 sesiones de entrenamiento y 31 partidos. Cabe destacar que muchos de los jugadores, a pesar de tener otras obligaciones de índole profesional, han asistido al 100% de los entrenamientos, algo digno de encomio.

La Rosaleda, que ha sido una auténtica caldera durante toda la campaña, no defraudará y volverá a mostrar un lleno total. De hecho, la demanda de los socios ha sido tal que tan solo ha salido a la venta 200 de las 600 localidades para las que tiene capacidad el pabellón municipal de Benavente.

Con todos los jugadores disponibles, la última convocatoria de la temporada se va a comunicar el mismo día del partido, aunque el cuerpo técnico y los jugadores ya la conocen.

Quien seguro estará es Charlie, que está forzando al máximo para llegar a esta final. El jugador sufrió un duro golpe en el partido de ida y se encuentra entre algodones, sin embargo el mismo jugador ha declarado a este medio que si ha vuelto a jugar a la ciudad de Benavente "es para disputar partidos como este".

A pesar de estar obligados a remontar el 6-3 de la ida, la moral está por todo lo alto y los hombres de Chema Sánchez tienen claro que por delante queda "una final de cuarenta minutos" en la que los blanquiazules se van a dejar el resto para lograr subir de categoría.

Recibir pocos goles será clave toda vez que hay una desventaja de tres tantos y que el factor del gol doble fuera de casa puede ser crucial. Asimismo, los de Benavente están obligados a plantear un encuentro serio y vencer con autoridad para ascender a Segunda.