La Rosaleda va a colgar mañana el cartel de no hay billetes una vez puedan retirar sus entradas los no socios después de que los abonados del club blanquiazul hayan tenido prioridad para conseguir su asiento. No faltará nadie en la grada y tampoco en el campo ya que en la "gran final" que se va a disputar en el pabellón benaventano van a estar todos los jugadores del Atlético Benavente porque los hombres que estaban tocados llegan a la cita fundamental con el convencimiento de que remontar el 6-3 de la ida es posible.

Charlie, el capitán del Desguaces Casquero, que jugó todo el partido de ida tocado por un golpe que sufrió en los primeros minutos y que le obligó a parar en varias ocasiones, ha superado sus problemas físicos y estará mañana junto al resto de los jugadores que estaban tocados y que estarán a disposición de Chema Sánchez quien deberá hacer convocatoria para el partidos trascendental al haber recuperado a todos los jugadores que entraron en la enfermería.

El 6-3 cosechado en el partido de ida obliga a los benaventanos a remontar y por eso en la ciudad el ambiente es de gala desde hace días. El Ayuntamiento y varios balcones de particulares lucen de blanquiazul en las últimas horas mostrando que Benavente está con su equipo, un ambiente que se va a desplazar mañana a La Rosaleda, donde las peñas del equipo blanquiazul se han unido para crear la mejor atmósfera posible para sus jugadores.

Pese a estar obligados a remontar, el técnico salmantino le ha pedido cautela a sus hombres ya que el resultado no es muy abultado y queda por delante "una final de cuarenta minutos" en la que nada se decidirá en los primeros minutos y habrá que esperar hasta al final para conocer quien sube de categoría. En este aspecto, Chema Sánchez tiene la experiencia del año anterior en la que hubo que llegar hasta la prórroga para conocer que equipo jugaría el siguiente año en División de Honor Plata.