El Zamora CF no supo jugarle al Haro Deportivo y tendrá que seguir trabajando para lograr el ascenso en las dos eliminatorias que le quedan ahora por delante y el principal objetivo ahora mismo será recuperar anímicamente a un equipo que ha sufrido y ha puesto todo de su parte, pero en los dos partidos, su rival le superó claramente tanto en idea futbolística como en eficacia.

La afición rojiblanca ha sido lo mejor de este primer cruce entre campeones de grupo y si ya lo demostró en el Ruta de La Plata una semana antes, ayer dio el do de pecho para viajar a la coqueta ciudad riojana para apoyar a su equipo e intentar llevarle en volandas hacia la Segunda B con un resultado que le daba una cierta ventaja (2-1), pero había un resultado especialmente que no debía de producirse: podría haber ganado el Zamora, podría incluso forzar cualquier tipo de empate e incluso perdiendo por un gol, había varias alternativas posibles. Lo que no debía ocurrir era un 1-0, y ocurrió, vaya si ocurrió, de la forma más dura posible, con un gol en propia puerta que envía al Zamora al sorteo que hoy mismo se celebrará en la Federación Española de Fútbol. El rival que pueda deparar el bombo es lo de menos, ahora, la labor de David Movilla, que también para eso está un entrenador, es la de recuperar anímicamente a su equipo, hacerle creerse de nuevo un campeón, y olvidar lo antes posible la desgracia en una eliminatoria en la que pudo pasar cualquier cosa, pero como es tradición en los play off del Zamora, la moneda nunca cae del bando rojiblanco.

Hay una máxima que se cumple a menudo en nuestras fases de ascenso, y es la de que no se debe experimentar nada en el play off. Los experimentos a estas alturas de la temporada en las que se supone que ya todo está probado y requeteprobado, no suelen servir para nada, y varias decisiones tomadas por el entrenador chocaron frontalmente contra esta máxima. Movilla ha actuado, sin ninguna duda, convencido de que lo que hacía ayer era lo mejor para el equipo, pero en el Ruta de la Plata funcionaron pocas cosas y ayer ninguna. Apostar por una defensa novedosa cuando el Zamora CF lleva todo el año apostando por una muy concreta, sorprendió ayer a todos cuando vimos sobre el césped artificial de El Mazo a una tripleta en la que Asiel estaba flanqueado por dos jugadores que han tenido muy pocos minutos durante la campaña: Chete y Raúl Alvarez; y situar a los dos jugadores más limitados físicamente -que no técnicamente- en la punta del ataque contra un rival que ejecuta a la perfección el juego vasco, tampoco parece corresponderse con lo que hemos visto durante la mayor parte de la campaña. Quemar las naves con un Sergio García lesionado y con un Javi Rodríguez, fue ya la guinda.

Pero el fútbol es así, y si el Zamora lleva acertando toda la temporada, podía fallar en un momento dado, y así ha sido. Y si me permiten, además este Haro puede complicarle las cosas a cualquier equipo de Tercera División, no era ninguna perita en dulce como hemos comprobado.

El Haro fue superior desde el primer momento y ya en los primeros compases del encuentro buscaba portería, como ya nos tenía acostumbrados desde cualquier parte, y Jon iniciaba su recital blocando un balón lejano poco antes de que, en el minuto 15, Facundo agarrase una bolea que obligó al meta vasco a realizar una espectacular palomita con la que desvió el balón lo justo para que se estrellase en la misma cruceta.

El Zamora intentaba ser un rival distinto al del Ruta de La Plata, y buscaba ahora entrar por las bandas, con un Coque muy activo en detrimento de sus labores defensivas, y un par de delanteros que intentaban recibir entre líneas. Pero finalmente, el equipo recurría a lo de siempre, a las faltas que lanza Carlos Ramos, y en una de ellas Chete estuvo a punto de marcar en el segundo palo.

El juego ser endureció bastante porque el ambiente, por otra parte, era el de las grandes batallas futbolísticas con dos grandes aficiones apoyando a muerte y con toda la deportividad del mundo a sus dos equipos: dos terceras partes para los blanquinegros, y el tercio restante, los más de mil seguidores rojiblancos. El encuentro había llegado a la media hora en una tónica de "tú a tú" muy similar a la del primer partido, pero llegó la desgracia en una falta que el riojano Facu lanzó al primer palo, donde Carlos Ramos intentaba despejar el balón y lo introducía en la portería zamorana. Fue un duro palo, pero no pasaba nada porque el Zamora estaría ascendido en cuanto marcase un gol y el encuentro se fue al descanso muy abierto.

David Movilla reconoció que necesitaba más músculo y centímetros en el ataque y no esperó a que se iniciase la segunda parte para poner a Murci en su sitio natural.

El Haro regresó al campo muy centrado y dispuesto a sentenciar lo antes posible, lo buscó con un remate defectuoso de Joseba desde muy cerca que salió rozando el poste y poco después con un potente disparo de Facu desde la media luna que hizo lucirse a Jon Villanueva.

El Zamora poco a poco fue recuperando su aliento y demostró que se encuentra más a gusto con el balón que corriendo detrás de él como en la primera parte, y volvió a su modalidad de juego directo con un centro al punto de penalti donde Carlos Ramos remataba de tacón y cuando ya se cantaba el gol, un defensa sacaba la bola bajo palos. Carlos Ramos, de nuevo a balón parado, lanzaba una falta a puerta que atrapó el portero Fermín y Murci, muy centrado en su habitual tarea de incordio dentro del área, caía derribado pero el árbitro no quiso ver nada.

Fueron momentos de buen juego zamorano pero el gol no llegaba e incluso el Haro amenazaba por aumentar su renta con un remate de cabeza de Iván que se fue algo alto. "Sí se puede, sí se puede" coreaba la afición rojiblanca y Movilla quemaba sus naves dando entrada en el campo a Sergio García, muy tocado todavía de su lesión de clavícula, y a Javi Rodríguez, inédito durante toda la temporada. También movió el banquillo el Haro pero más que nada para que el tiempo corriese a su favor.

Y el encuentro se volvió loco. Llegó la gran exhibición de Jon Villanueva. Facundo disparaba con toda la portería para él al poste, y el rechace lo desbarataba el portero del Zamora ante el recién entrado Achi; cuatro jugadores riojanos se plantaban sin oposición ante Villanueva y era el portero el que terminaba atrapando el balón; el Zamora replicaba con un cabezazo de Murci que atrapó el portero Fermín; Sergio García lo intentaba por la banda pero su centro terminaba también en manos del guardameta; Jon salía a los pies de Achi que volvía a "cagarla" con toda la portería para él; Mikel tampoco marcaba en un cabezazo en el segundo palo ni en un lanzamiento desde muy lejos sin portero porque Villanueva había subido ya a rematar un córner, y el balón rebotaba en el poste... y así finalizaba el partido con la afición del Haro invadiendo el campo para celebrar el ascenso y la del Zamora para consolar a sus jugadores.

La lucha por el ascenso no ha hecho más que comenzar y hoy mismo se iniciará una nueva etapa en la que seguro que el Zamora seguirá poniendo todo de su parte.