El CD Villaralbo cerró el curso con victoria por 3-1 sobre La Cistérniga en un partido que comenzó dominando pero en el que se vio obligado a remontar debido a un despiste defensivo cuando transcurría la media hora de juego.

Los de Mario Prieto comenzaron dominando la contienda pero, a pesar de controlar el cuero y las ocasiones, carecieron de la pegada suficiente como para abrir el marcador en los primeros minutos. Cosa que sí hizo su rival, aprovechando una de sus escasas contras en el primer acto para poner cuesta arriba el encuentro a los locales.

El 0-1 no campeó mucho en el Fernández García pues, apenas cinco minutos después, una buena combinación zamorana forzó a la defensa rojinegra a cometer un penalti que Álvaro transformó con acierto. Una acción que también produjo la lesión del guardameta visitante, siendo sustituido por un jugador de campo.

Con empate a un gol se alcanzó el descanso, si bien ambos equipos tuvieron ocasiones de alterar el electrónico antes de que llegara la acción de la tarde. Un gran disparo de Marco desde treinta metros cuando corría el minuto 2 de la reanudación que acabó colándose por el palo corto del meta de la Cistérniga sin que nada pudiera hacer por evitar el 1-2.

El tanto, en lugar de asentar a los de Mario Prieto, hizo que su juego se deslavazara. Lo cierto es que, también a raiz del cuádruple cambio que introdujo a continuación, el centro del campo pasó a ser el espacio donde menos tiempo pasó el balón. Un guion que permitió al aficionado local sufrir en algunas arremetidas visitantes mal resueltas o bien solucionadas por la zaga del VIllaralbo, y también disfrutar con varios intentos de un plantel azulón que cerró la contienda en los últimos minutos con el definitivo 3-1.