El italiano Davide Cimolai (Israel Cycling Academy) acabó llevándose la primera etapa de la XXXIV Vuelta Ciclista a Castilla y León en la que inicialmente se había impuesto el burgalés Carlos Barbero (Movistar), relegado hasta la quinta plaza al estimar el jurado técnico que realizó una maniobra irregular en el esprint.

A pesar de que la reclamación había partido del Euskadi-Murias, su corredor implicado en la llegada en Castrojeriz (Burgos), Enrique Sanz, tuvo que conformarse con la segunda plaza ya que el ciclista italiano no había cometido ninguna irregularidad ni tampoco se había beneficiado de la maniobra sancionada a Barbero. De esta forma, la etapa entre las localidades burgalesas de Belorado y Castrojeriz, de 181 kilómetros, la más larga de esta edición, llevó la primera polémica a la carrera.

La toma de contacto con esta edición de la Vuelta Ciclista a Castilla y León exigió un esfuerzo extra al pelotón de 177 corredores que, desde la primera pedalada, intentaron dejar sobre el asfalto todo el espectáculo del ciclismo, a pesar de que las inclemencias meteorológicas en un terreno complicado.

Las primeras escaramuzas mostraron las intenciones de unos y otros por coger mínimas ventajas, casi de inmediato anuladas, hasta que en el kilómetro 16 surgió un grupo de cuatro unidades, luego cinco, tras la incorporación de Álvaro Trueba (Sporting Tavira).

Diferentes nacionalidades en la fuga pero que se pusieron de acuerdo para imprimir un fuerte ritmo que permitió ampliar la brecha sobre un pelotón, ya fragmentado, de más de 5 minutos.

Las diferencias fueron disminuyendo ante el empuje en las primeras unidades de los perseguidores de los Movistar e Israel, pero todavía tardaron en dar caza a los cinco fugados hasta superar el centenar de kilómetros por la dureza de la subida a Altotero, unido a la lluvia intermitente y la aparición de un fuerte viento de cara, con ráfagas de más de 70 kilómetros por hora que hacían muy complicado el avance.

Precisamente el temido viento cortó en dos el pelotón tras la caza con un primer grupo de unas ochenta unidades, donde de nuevo el Movistar Team se mostraba muy activo, sin duda preparando la llegada a su jefe de filas en esta ronda regional, el buraglés Carlos Barbero.

Finalmente, el trabajo de desgaste por parte de Movistar dio resultado y se produjo la fuga definitiva en los últimos kilómetros, con diez unidades, entre ellas cuatro integrantes del UCI World Team español, que preparó a la perfección el terreno para que acabara rematando Barbero en la recta final. Un trabajo que también ejecutó de forma efectiva pues cruzó la línea de meta en un apretado esprint por delante del italiano Davide Cimolai (Israel Cycling Academy).

Barbero era profeta en su tierra y se convertía en el primer líder de la carrera. Sin embargo, la posterior reclamación por una maniobra irregular al utilizar las manos para separarse del corredor transalpino le costó la victoria y el primer puesto provisional. Acabó quinto y Cimolai, en lo más alto

La etapa de mañana, de 170,3 kilómetros, transcurrirá por tierras palentinas, entre Frómista y Villada, con la posibilidad de que también el viento pueda jugar una mala pasada y decidir la suerte en la llegada.