El Aquimisa Queso Zamorano se mantuvo una semana más en play-off tras ganar a Azuqueca Isover por 81-74 en un partido duro en el que para deshacerse del colista tuvo que empujar hasta los minutos finales. Instantes en los que la magia de Niang y Libroia decantaron la contienda, llena de alternativas.

No arrancó el encuentro muy preciso el Aquimisa Queso Zamorano que, con dos bandejas fallidas de Niang en sus primeros ataques, encajó un parcial de 0-5 para abrir el duelo.

Isover Azuqueca parecía tener muy claras sus ideas sobre la pista del Ángel Nieto y, a pesar de que los zamoranos devolvieron el parcial con un triple sobre la bocina de Arriaga, una canasta de Namdy y un acierto desde el exterior de Meikle, el cuadro visitante dominó el primer parcial. El 8-0 no amedrentó a los rojos y, a continuación, lograron nada menos que doce puntos consecutivos para volver a tomar las riendas y forzar a Saulo Hernández a pedir tiempo muerto con su equipo arrastrando una desventaja de dobles dígitos (8-18, m. 7).

El asueto permitió a los zamoranos recuperar el tono de cara a los minutos finales del primer periodo. Con Cabral cortando el parcial y Libroia anotando su primer canasta, las diferencia se iba reduciendo hasta llegar al término del cuarto inicial con el partido muy ajustado en el marcador (16-18).

Con la primera canasta para los de Azuqueca, parecía que la reacción local se iba a disolver en el segundo acto dando lugar a un guion igualado de partido. Sin embargo, el desarrollo fue el contrario gracias a un inspirado Ibitayo. El jugador del Aquimisa Queso Zamorano se destapó siendo el pilar de un gran segundo parcial azulón que abrió con una canasta con tiro adicional.

El escolta estuvo sobresaliente pero no fue el único. Niang, gris en minutos anteriores, dio un paso al frente junto a Somogy, con otro "2+1", poner por delante a los suyos (25-24) y poner en bandeja un alley-opp a Nmandy que hizo lenvantarse al público. Estas dos últimas acciones iniciaron un parcial de 12-0 en favor de los de Saulo Hernández que fue decisivo para encarrilar el partido. Un tramo del encuentro con Ibitayo como brazo ejecutor y una mejora sustancial en defensa para abrir diferencias.

Con gran confianza, el cuadro local encaró los minutos anteriores al descanso por delante (36-26, m. 18). Un triple de Cabral cortó unos pequeños instantes finales de sequía por parte de un Aquimisa Queso Zamorano que, antes de irse a los vestuarios, puso la directa para alcanzar la máxima al final de la primera parte (43-30).

Todo el gran trabajo del segundo cuarto se fue al traste en la reanudación con un pésimo tercer periodo por parte de los locales. Un cuarto nefasto en el que Aquimisa Queso Zamorano tardó hasta tres minutos para lograr anotar su primer punto, un 44-36 que hacía creer a Azuqueca Isover en la remontada. Y lo cierto es que, por momentos, los visitantes tuvieron muy cerca el volver a tomar las riendas en el marcador gracias a una defensa dura y auspicia por los colegiados que secó el ataque local. Únicamente Niang, con un triple y un gran reverso, mantenía el tipo antes de ver como la diferencia de trece puntos quedaba únicamente en dos. Una ventaja que fue de cinco puntos a falta de diez minutos para el partido gracias a un triple de Meikle y una acción bajo aro de Iza (54-49).

Con las espadas en todo lo alto, el cuarto decisivo arrancó de forma emocionante. Ambos conjuntos tiraban de músculo y calidad para tratar de dominar un marcador que se igualó tras dos faltas en ataque pitadas de forma consecutiva sobre Iza y un tapón sancionado como personal de Arriaga (57-57, m. 33).

La contienda se iba a decidir en los últimos siete minutos y medio, compases que arrancaron con un triple de Meikle que igualó posteriormente Azuqueca, siendo Ibitayo también desde el perímetro el que permitía a Aquimisa Queso Zamorano encarar el ecuador del último periodo por delante (63-61) si bien se cruzó de nuevo con empate.

El deselance, emocionantísimo, tuvo de todo. Falta técnica visitante, defensa dura y buenas canastas, así como la siempre decisiva suerte de los tiros libres para decidir el envite. Una lucha que entró con empate a los últimos tres minutos, entrando en escena la magia de Libroia. El base, con una canasta y una asistencia magistral, generó un colchón de cinco puntos que Niang se encargó de aumentar con una bandeja llena de clase y un alley-opp para Ibitayo llegándose al último minuto con los zamoranos 75-70 por delante. Una renta que acabó siendo suficiente pues Niang visitó con acierto la línea de personales para cerrar el partido con triunfo zamorano (81-74)