Con mucho sufrimiento y trabajo retomó ayer el liderato en solitario de la categoría el Desguaces Casquero Los benaventanos se impusieron por 3-1 en un duelo complicado y aprovecharon, a su vez, el pinchazo del Guardo FS en pista de O Esteo.

Ya lo había avisado Chema Sánchez durante la semana, y no se equivocó. Nada estaba perdido para el Atlético Benavente con tantos partidos por delante. Solo había que centrarse en ganar y esperar, llegando antes de lo esperado el error de Guardo FS. Un tropiezo del que los benaventanos sacaron tajada a base de sudar.

No tardó mucho Desguaces Casquero en tomar el mando y probar al meta gallego pero su dominio no tuvo reflejo en el marcador durante unos primeros minutos en los que Ventorrillo tampoco desaprovechó sus oportunidades de buscar la meta de Marcos Vara.

Las ocasiones se sucedían una tras otra área y, en una buena combinación entre por Samu Joselu y Sergio, el balón acabó al poste. Una acción que pudo ser el 1-0, como también otra doble intentona de Malaguti que hizo emplearse a fondo a Buxi.

El camino era el adecuado y, de tanto ir el cántaro a la fuente este acabó por romperse. Lo hizo en una muy buena jugada entre Samu, Ángel y Sergio Hernández, que llevó a este último a romper el 0-0 inicial.

Con el marcador a favor, la defensa del Desguaces Casquero no se despistó. La presión ejercida por los blanquiazules, siempre en toda la pista, hacía que los visitantes no pudieran hilvanar con facilidad dos pases seguidos. Motivo por el que al descanso se llegó con el consabido 1-0.

La segunda parte arrancó como a primera, con Desguaces Casquero buscando el gol por medio de Ángel y Malaguti, cuyos tiros no encontraron éxito.

Todo parecía controlado pero Buxia anotó el empate y los nervios se apoderaron de la grada. Más suspense pudo haber si, poco después, Juan Cruz hubiera logrado anotar en lugar de encontrarse con el palo.

La tensión era alta y la grada, que ya sabía de la derrota de Guardo FS, alentó a los suyos para que juntos superaran el desafío. Desguaces Casquero notó ese empuje y Charlie, con el 2-1, desataba la euforia en las gradas.

El 2-1 no dejaba espacio a la tranquilidad pues, a falta de cinco minutos, llegaba la quinta falta local y Ventorrillo apostaba por jugar de cinco. Sin embargo, esta vez la defensa del conjunto de Chema Sánchez fue impecable y Charlie, a falta de 40 segundos, cerraba el envite a puerta vacía.

La Rosaleda se convirtió en una fiesta con el bocinazo final, ese que lleva ahora a Desguaces Casquero a soñar con un título que dependerá únicamente de él.

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