El Luciano Rubio, uno de los feudos más difíciles de asaltar de la categoría, vio truncada su resistencia debido a un gol del Universidad de Valladolid que dejó sin sumar ayer al Benavente en el partido más deslucido de los locales en esta temporada.

La buena marcha de los de Santi Redondo en casa había hecho del Luciano Rubio todo un fortín. Estaba claro que, cualquier día, la racha se podría acabar y, ese día, llegó ayer en la lucha directa por la séptima plaza que protagonizaron "tomateros" y vallisoletanos.

Nada hacía esperar al inicio del choque una derrota de los locales. De hecho, los comienzos del juego parecían presagiar un nuevo éxito ya que el Benavente empezó más activo que su rival y gozando de profundidad con las incursiones de Unai.

Pudo incluso adelantarse el equipo de Santi Redondo en una jugada de Javi que, viendo adelantado al portero, probó fortuna y cerca estuvo de abrir el marcador. Un empate sin goles que se mantuvo inalterable a lo largo de una primera mitad en la que los locales llevaron las riendas del juego pero también hubo ocasiones para el Universidad de Valladolid. Claro ejemplo, el lanzamiento al poste de Roberto en el minuto 22.

El Benavente manejó el balón en el centro del campo pero las llegadas de Javi, Unai o Castaño no fueron fructíferas. Al final, hubo escasas ocasiones de gol antes del receso, intermedio al que se llegó tras varios minutos sin pena ni gloria por parte de ambos contendientes.

El primer tiempo terminó con un juego nada vistoso y el guion no se alteró en la reanudación. El balón circulaba en la zona media entre errores de unos y otros sin que nada interesante pudiera ocurrir. Quizá, con el Universidad de Valladolid más inspirado, gozando de un cabezazo a puerta que Josico detuvo sin apuros.

Poco después los de Santi Redondo reclamaron un posible penalti sobre Javi, agarrado dentro del área. Una acción que pudo cambiar el curso del encuentro y el resultado final pues, a la postre, los vallisoletanos acabarían rentabilizando una de sus pocas jugadas con peligro.

Ocurrió en el minuto 72, cuando Héctor controló el balón en el borde del área y viendo adelantado a Josico pudo anotar el 0-1. Un gol al que trató de reaccionar el Benavente en un cuarto de hora final en el que los locales fueron un querer y no poder, ya que la fortuna o acierto de otras tardes estuvo ausente.