El partido más esperado de la segunda vuelta que jugó ayer el Zamora contra la Arandina defraudó en cuanto a juego, pero no en la emoción que cabría esperar de los dos mejores equipos de la categoría. El Zamora hizo valer su solidez defensiva frente a una Arandina que desperdició un penalti, detenido por Jon Villanueva, y que también sufrió en las ocasiones creadas por los rojiblancos.

Este empate sin goles aprieta la clasificación del grupo de cabeza pero mantiene al Zamora CF como líder con un punto de ventaja sobre la Arandina, que aprovecharon de esta forma las derrotas de sus directos rivales, la Segoviana y el Numancia B que perdieron en esta jornada.

El partido estuvo marcado por la falta de ocasiones y por un juego pobre. Ni Arandina ni Zamora gozaron de ocasiones claras como para mover el marcador.

Ambos conjuntos venían de encadenar dinámicas similares en los últimos partidos y llegaban al partido con la intención de mostrar quien era el rey de la categoría. El Zamora se presentaba como líder y encadenando resultados de escándalo en los últimos partidos. El conjunto de David Movilla quería sacar los tres puntos del Municipal El Montecillo para ampliar a cuatro la diferencia contra su rival en la presente jornada.

El partido comenzó con dos equipos dispuestos a asumir el control del balón, aunque en los primeros instantes nadie pudo controlar un juego que había adquirido una gran intensidad. En estos primeros instantes el partido estaba en las gradas, las dos aficiones estaban volcadas con sus equipos y se notaba que se trataba de un encuentro de alto voltaje. Medio millar de seguidores zamoranos se dieron cita ayer en el estadio de Aranda de Duero y no pararon de apoyar a su equipo durante los 90 minutos.

Se llegó a la media hora sin ocasiones claras de peligro. Pero en este tramo llegó una jugada que pudo cambiar el devenir del partido. Los locales se encontraron una pena máxima que desaprovecharon gracias a la gran intervención de Jon Villanueva. El arquero acertó la dirección del balón y rechazó la que fue la jugada más peligrosa del encuentro. Seguía el 0-0 y se acercaba el descanso de un encuentro que no había tenido un claro dominador, pero en el que los locales se pudieron marchar al descanso con victoria momentánea si no fuera porqué Jon Villanueva detuvo el disparo desde los once metros.

El Zamora salió mejor al terreno de juego tras la reanudación del encuentro. Los de David Movilla fueron capaces de jugar más minutos en el campo de una Arandina que se sentía incómoda sobre el césped y sin saber cómo detener las embestidas de un Zamora que parecía ir a por el partido.

Dani Hernández y Javi Rodríguez, que acababan de ingresar al partido, le dieron el toque de tranquilidad que necesitaban los zamoranos, pero aun así, costaba mucho llegar con claridad a la portería de un Arandina que se defendía de manera correcta y ordenada demostrando por qué es el equipo menos goleado de todas las categorías nacionales.

El segundo tiempo también estuvo marcado por las pocas ocasiones. El portero local, Carmona, tuvo muy poco trabajo. Y Villanueva realizó un par de intervenciones, sobre todo una de falta directa, la que fue la mejor oportunidad en el segundo acto.

Los minutos pasaban y ninguno de los dos conjuntos parecía dar el paso adelante que requería el partido para anotar el gol que diera la victoria. Se jugaba poco al fútbol ofensivo y el partido parecía encaminado al 0-0. Y así fue, porque se llegó al minuto 90 con empate sin goles y con dos equipos que siguen en lo alto de la tabla al igual que como comenzaron la jornada, pero habiendo aumentado un punto respecto al tercer y al cuarto clasificado, porqué ni la Gimnástica ni el Numancia B pudieron ganar sus respectivos partidos. Los primeros perdieron en el campo del Atlético Astorga por 3-1. Y el Numancia B cayó también derrotado, contra el Burgos Promesas por la mínima, 1-0.