Casi ocho meses han transcurrido desde que se diera a conocer la anomalía en el pasaporte biológico de Jaime Rosón hasta que la UCI ratificara la sanción de cuatro años de suspensión al zamorano tras darse a conocer la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Un largo periodo de tiempo que tanto el ciclista como sus allegados y aficionados han vivido con paciencia, esperando poder conocer la decisión del organismo internacional.
El 28 de junio de 2018 la UCI anunció "una anomalía" en el pasaporte biológico de Jaime Rosón, la ficha del zamorano como profesional. Trascendió, por entonces, la fecha de la presunta violación del código ciclista. Enero de 2017, un periodo en el que el ciclista vestía aún los colores del Caja Rural. Y la UCI, además de anunciar dicho resultado, hizo pública entonces la sanción al deportista. Una sanción de cuatro años que obligó a su equipo, Movistar Team, a apartarle de su disciplina.
Los siguientes meses fueron de ardua lucha tanto para Rosón como para un Movistar Team, que colaboró de forma activa en recopilar pruebas en defensa del ciclista. Informes médicos y documentos con el fín de constatar que el zamorano no había consumido sustancia prohibida alguna para mejorar su rendimiento. Todo quedaba pendiente de la resolución del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo), que estaba prevista se hiciera pública en septiembre u octubre del pasado año. Una previsión que falló por varios meses.
Desde que fuera apartado de Movistar y señalado por la UCI, Rosón ha mantenido su inocencia. Asegura que no cometió ninguna irregularidad y es más que previsible que luche próximamente por revocar de una sanción que trunca su carrera deportiva. Prácticamente una vida dedicada a las dos ruedas que, meses atrás, pretendía reemprender este mismo 2019 buscando terminar el contrato que le unía al mejor equipo español del momento. De hecho, nunca se ha bajado de la bici, pudiendo verle en varias citas desarrolladas en la provincia.
Una estrecha relación con el ciclismo que podría llegar a su fín pues, según afirmó en verano el propio Rosón, la sanción de cuatro años podría poner punto final a su etapa dentro de este deporte, teniendo que buscar "otra alternativa de vida". La ratificación de la sanción por parte de la UCI hoy ha forzado la rescisión de contrato por parte de Movistar con un Jaime Rosón cuyo futuro es ahora una incógnita.
