Acababa de empezar agosto de 2017 y Jaime Rosón (13 de enero de 1993) era un hombre feliz. Quizá el más contento del planeta porque su sueño, formar parte de uno de los equipos de ciclismo más grandes de su país como es el Movistar Team. El viernes 4 de aquel mes así dejaba constancia el corredor en La Opinión-El Correo de Zamora, señalando estar "agradecido" por el interés de dicho equipo de cara a su futuro. Fue uno de los grandes días en la carrera deportiva de un zamorano con una trayectoria envidiable que podría tener un final trágico e inesperado con la sanción ratificada ayer por la UCI por "anomalías" en su pasaporte biológico en enero de 2017.

Pocos, muy pocos, recuerdan al joven Jaime Rosón. Únicamente los más unidos al ciclismo zamorano tienen en la memoria sus grandes acturaciones en categorías de carreras inferiores. Por entonces, era un fijo en la "Clásica" de las fiestas de San José Obrero y ya cosechaba sus primeros triunfos con el equipo Girón-Don Carlos como el Trofeo de Morales del Vino de 2007. Era un corredor con buenas maneras y, lo más importante, su amor por las dos ruedas era indiscutible.

Su amor por el pedaleo hizo que Rosón no parara de montar en bici ni repusiera a la hora de hacer sacrificios por mejorar sobre su gran compañera. Esfuerzos que acabaron teniendo su premio pues, unos años después, el Diputación de Ávila puso su vista en él y decidió incorporarle a su formación. Fue el paso previo a su gran explosión como ciclista, que llegó de la mano de un Caja Rural que le acogió en 2012cuando desapareció su anterior formación.

11

Un repaso por la carrera de Jaime Rosón

Con el maillot verde, Rosón destacó sobremanera. Su desparpajo y su talento no pasaban inadvertidos, comenzando a desencadenarse rumores de un posible salto del zamorano al circuito profesional. Podría parecer pronto pero, aquel joven talento, necesitaba de grandes desafíos para seguir progresando. Y ese primer gran reto no tardó en llegar pues en 2013 el Ecuador Team fichó al corredor.

Su paso por el equipo sudamericano no fue muy brillante. La exigencia y las condiciones no beneficiaron a un Rosón que compitió con el maillot del Ecuador Team tanto en Europa como en América, pasando por su querida Zamora con el pelotón de la Vuelta a Castilla y León en el verano de 2014. Fecha en la que dio el salto a profesionales para, posteriormente, regresar a "su casa". Y es que, en Agosto de aquel año, Jaime volvería al Caja Rural.

Rosón volvió a vestir el maillot de la espiga, esta vez como componente del equipo Sub-23. Una formación en la que terminó por brillar como el diamante en bruto del que todos hablaban. Firmó grandes éxitos al frente de esta formación, destacando su triunfo en la Copa España y en el Lehendakari, siguiendo el curso natural de su gran progresión al incorporarse al equipo élite del Caja Rural.

Al zamorano le faltaba un gran triunfo con el que darse a conocer y este llegó a finales Abril de 2016. Jaime Rosón ganó su primera etapa como ciclista profesional, lo hizo en una inolvidable jornada en la Vuelta a Turquía, superando al polaco Niemeiec en sprint final para el recuerdo por las montañas de la Capadocia. Aquel día, marcado en oro para el ciclismo zamorano, marcó el punto de inflexión en la carrera de esta joven promesa.

Apenas cuatro meses después, el público español ya conocía a Rosón. Era parte del pelotón de la Vuelta a España y su nombre empezaba a sonar más allá de los círculos más entendidos. Su actuación fue discreta, con un 73º lugar, pero en su progresión no dejaba de sorprender. De hecho, el zamorano subió al podio en la etapa disputada en Puebla de Sanabria. Un nuevo logro para un pamarés que no dejaría de acumular nuevos éxitos.

En marzo de 2017, Rosón volvió a dar la campanada en una prueba internacional. Acabó en el tercer puesto de la Coppi e Bartal, un éxito que puso su nombre en la agenda de muchos equipos que pasaron a verle como una de las grandes promesas del ciclismo internacional aquel día. Una sensación que rubricó el zamorano meses después, en mayo de aquel mismo año, al acariciar la gloria en la Vuelta a Croacia donde ganó la etapa reina y mantuvo un intenso mano a mano con Nibali. Una lucha frente al ganador de las "tres grandes" que no pasó inadvertida para nadie y menos para Movistar Team.

La formación de Eusebio Unzúe se hizo con los servicios de Rosón poco después, dando aún más prestigio a un Jaime Rosón que ganaba minutos en pantalla y protagonismo en el pelotón. Con el maillot del mejor equipo español del momento, se esperaba que el zamorano diera aún un paso más en su carrera. Y el ciclista, fichado en agosto de 2017 por la escuadra de Valverde y Quintana, respondió a las expectativas tras llegar como uno de los destacados de la Vuelta a España anterior (26º lugar).

En los siguientes meses, Rosón fue creciendo poco a poco dentro de una escuadra por la que firmababa como gregario de las mas grandes figuras internacionales. Aún así, no tardó en firmar grandes resultados como su sexto puesto en la Volta al Algarve en febrero de 2018 o el Top-10 que consiguió a mediados de marzo de ese mismo año en la conocida Tirreno Adriático. Excelentes actuaciones que eran el preludio de un primer triunfo con el maillot de Movistar Team que acabó por cobrar forma el 13 de mayo de ese mismo año, fecha en la que Jaime Rosón subía a lo más alto del podio como vencedor de la Vuelta a Aragón.

Aquel último gran éxito de Rosón con la escuadra de Unzúe hizo que el zamorano acudiera a otras grandes citas como la Criterium Dauphiné Liberé, o estuviera en la lista de posibles para el Giro de 2018. Una grande, la italiana, a la que no acudió por decisión técnica de un Movistar Team que meses después se vería obligado a suspender su relación con el ciclista debido a la publicación por parte de la UCI de la ya conocida "anomalía en el pasaporte biológico" del zamorano durante su etapa en el Caja Rural.

La sanción, de cuatro años, se dio a conocer a finales del mes de junio y puso en suspense el futuro de una de las grandes promesas del ciclismo nacional. Un porvenir que, tras ratificarse ayer la suspensión por parte de la UCI, se desvanece dejando una carrera deportiva brillante próxima a su punto final, que solo podría evitar el propio Rosón con la apelación a la decisión tomada por el TAS.