El Balonmano Zamora ha protagonizado grandes éxitos deportivos en los últimos años y cuenta con un respetado primer equipo masculino que se codea con las escuadras de los clubes más potentes y con más tradición del país cada semana. Sin embargo, no todos los grandes logros de la entidad llevan la firma del MMT Seguros en los últimos años. Muchos de los títulos que en hay en la vitrina del club corresponden a las categorías inferiores femeninas, una sección que ha ido creciendo y lucha ahora mismo por hacerse también un hueco en el panorama nacional a nivel absoluto.

La ambición por contar con una sección femenina tan potente como la masculina es un viejo anhelo del club que comenzó a cobrar forma con la llegada a Balonmano Zamora de Leo Álvarez. El leonés, actual técnico del MMT Seguros, fue durante muchos años la cabeza visible de los equipos femeninos de cantera hasta el punto de considerarse todavía "un entrenador de base" y "mantener el contacto con los equipos de cantera, conociendo prácticamente a todos los jugadores" de las secciones inferiores.

Álvarez aseguró en su paso por "El VAR de LOZ" que, ahora mismo, "el nivel del balonmano femenino en zamora es muy alto, estando entre los mejores de Castilla y León" como demuestran los títulos logrados la pasada campaña o "la cada vez más frecuente participación de jugadoras zamoranas en selecciones regionales y nacionales". Hasta el punto de ser ellas, las canteranas, las que cobran mayor protagonismo cada vez que se disputa un Campeonato de España.

En los últimos tiempos, según destacaba el técnico en la última emisión del espacio de esta casa, "El número de jugadoras no hacía más que crecer y eso conllevó a la formación del equipo sénior" que el club tenía en mente tiempo atrás. Una formación que "en su día no podía conformarse por no contar con jugadoras y nivel suficiente".

Precisamente, esos dos problemas hicieron que el Balonmano Zamora no pudiera sacar todo el partido posible de la primera gran generación femenina que generó la entidad y entre la que se encontraba María Prieto O' Mullony.

"En el momento en el que marchó María no teníamos la infraestructura para que compitiera al nivel que ella requería. A nosotros nos hubiera gustado contar más con ella, pero su proyección demandaba más y ahora estamos orgullosos de que sea una jugadora de selección nacional porque también es una representante muy importante de nuestra labor", explicó Álvarez, apostillando: "Siempre tiene presente su origen y es una figura que motiva a las niñas a apuntarse a balonmano".

Omu, Julia, Isabel, Paula o Marta emigraron de Zamora para seguir combinando sus estudios y balonmano de cierto nivel. Salidas que, para Leo Álvarez, quizá no se produzcan cuando "se alcance el nivel necesario para retener esos talentos en casa sin tener que cortar su progresión". Un punto que permitiría "contar con grandes jugadoras veteranas que, además, pudieran formar a las futuras generaciones", además de disfrutar "con la vuelta de alguna de ellas", posiblemente.

Por ahora, el número de jugadoras es adecuado pero falta un salto cualitativo para que la base femenina del club pistacho vea su proyecto consolidado. Un paso que podría llegar este año con el ascenso, del que "se estuvo cerca el año pasado" y que, aunque "no tiene que llegar este año", a Leo Álvarez se le antoja necesario.

Sin embargo, no todo radica en lograr un ascenso de categoría. Para el técnico, otra de las cosas que tienen que cambiar es "el estado del balonmano femenino" que, como bien señaló, "no es todo lo profesional que debería ser"; y, también, la apuesta por un equipo como este, ya que no todas las firmas zamoranas están dispuestas con proyectos como el de las féminas pistacho. De hecho, a día de hoy, el primer equipo femenino no cuenta con patrocinador oficial.

Desde el club, en palabras de Leo Álvarez, esperan que "en una ciudad tan vinculada al balonmano" como Zamora no se tarde en encontrar los recursos necesarios para dar continuidad a la formación de jóvenes zamoranas que, cada año, se sitúan entre las mejores de la región. Una apuesta similar a la que se hizo en su día por el filial masculino que, tras unos años de vida, pelea ahora mismo por ascender a Primera División.