El Real Madrid busca hoy en el RCDE Stadium mantener la buena imagen firmada en sus últimos enfrentamientos y consolidar la confianza adquirida a base de victorias frente a un Espanyol en tendencia claramente inversa tras sumar tres puntos de los últimos 27 posibles en LaLiga.

El Real Madrid ha respondido bien a la obligación de ganar en Liga para no despedirse definitivamente de las opciones de pelear hasta el final por el título. Busca su tercera victoria consecutiva en el campeonato doméstico y extender lejos del Santiago Bernabéu la imponente imagen dejada de local ante Sevilla y en el duelo copero frente al Girona.

El reencuentro con su verdadera imagen, un fútbol más vistoso, vertical y directo en ataque, parte de una clara mejoría física del equipo de Solari que ha resucitado según ha ido avanzando el mes de enero. Además va recuperando jugadores, ya solo quedan Keylor Navas y Jesús Vallejo en la enfermería.

En el mejor momento de Vinicius, líder del juego ofensivo en seis titularidades consecutivas, Solari debe medir el regreso de su competencia directa, Gareth Bale y Marco Asensio, recuperados ambos de sus lesiones. Kroos y Llorente aumentan también las opciones en el centro del campo, en el que Casemiro ha recuperado su nivel habitual.

Salvo la entrada del medio alemán, pocos cambios se esperan de centro campo hacia adelante. En defensa sí pueden regresar, tras descansar en Copa del Rey, los laterales Carvajal y Reguilón más Varane en el centro de la defensa. En ataque la irrupción con fuerza de Vinicius le convierte en intocable y el compromiso de Benzema, jugando con un dedo roto, también.

Tras cinco visitas consecutivas con triunfo madridista en casa del Espanyol, la última cortó la racha con derrota, el pasado curso con tanto de Gerard Moreno en el último minuto (1-0). Es su único partido perdido en terreno "periquito" en doce años.

El Espanyol llega al duelo con serios problemas en defensa. Su entrenador, Joan Francesc Ferrer 'Rubi', no podrá con los centrales David López, Naldo y Óscar Duarte, ni tampoco con el lateral izquierdo Adrià Pedrosa, todos bajas por lesión.

Rubi, cuestionado por los malos resultados tras un gran inicio, deberá gestionar el desgaste físico de sus pupilos después de disputar la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Betis. El entrenador realizará pequeñas rotaciones, aunque mantendrá su apuesta habitual. Sus señas de identidad, basadas en el juego ofensivo, no cambiarán ante un rival de la entidad del Madrid pese a poder ser un duelo vital para su continuidad en el Espanyol.