El español Pablo Carreño pidió ayer "disculpas" por su "reacción totalmente desafortunada y fuera de lugar" tras perder ante Kei Nishikori en octavos de final del Abierto de Australia, partido que abandonó enfurecido y lanzando insultos al juez de silla al entender que había sido perjudicado en un punto clave. "Es difícil explicar la frustración que sientes después de luchar durante cinco horas en la pista y que suceda lo que ha sucedido", apuntó.