El Zamora CF ha empatado en su visita al Real Ávila (1-1) en un encuentro que los rojiblancos dominaron con claridad, pero que acabó en tablas, en buena medida, por los errores de cara a portería de los hombres de David Movilla. Los rojiblancos las tuvieron de todos los colores, pero terminaron cediendo un empate por culpa de un penalti sobre Rubén Ramiro en una acción aislada.

En la primera parte, el Zamora CF pudo marcar hasta en una decena de ocasiones. Sergio García, David Álvarez, Coque y Dani Hernández se pasaron 45 minutos desbordando a la defensa encarnada y casi permanentemente con las manos en la cabeza al ver cómo cada opción se iba al limbo.

En ello colaboró activamente Alberto, el portero abulense, que sacó varias manos de mucho mérito, especialmente en un cara a cara con Sergio García, que estuvo escaso de fortuna en la primera mitad, y en un remate en escorzo de David Álvarez, que desvió la pelota lo justo para dirigirla a la red, pero que se topó con un guante milagroso del guardameta.

El Zamora generó toda esta serie de ocasiones sin apenas conceder atrás, con una presión perfecta sobre la salida de balón del Ávila. Los castellanos se ahogaron con la pelota ante un equipo rojiblanco muy firme y que tuvo en Fer y en sus centrales a los guardaespaldas perfectos cuando los locales lograban superar el medio campo. Lo peor al descanso, el resultado.

La situación se desbloqueó en el arranque de la segunda mitad. Carlos Ramos acarició el balón en un saque de esquina y Asiel entró con todo para cabecear de forma inapelable el 0-1. El gol llegó más tarde de lo debido, pero llegó. El problema es que fue insuficiente por culpa de una acción aislada en la que Rubén Ramiro sacó petróleo.

El mejor jugador del Ávila rompió a Chete, que le derribó en el área y concedió el penalti. El propio Rubén Ramiro transformó la pena máxima y le dio al Ávila un botín mayor que el merecido. Tras el tanto, Juanan entró por Sergio García y David López hizo lo propio por Chete. Movilla movió el banquillo, pero su equipo ya no encontró la frescura del inicio y solo creó peligro a balón parado.

También ingresó Murci, que no tuvo opción de hacer lo que mejor sabe: marcar. Además, los locales pudieron lograr una victoria inverosímil sobre la bocina, pero la última falta lateral se marchó rozando el palo. La Arandina, que derrotó al Almazán, toma el mando del grupo VIII. El Zamora, por su parte, acumula ya una vuelta completa sin perder.