Lo tenía entre ceja y ceja el bueno de Luis Posado grabado a fuego. "Hoy no se puede fallar", seguramente se ha repetido en las últimas semanas con el partido de ayer en el horizonte. Y el meta, siempre a la sombre de otros, tuvo por fían de nuevo su gran día.

Para el equipo era un partido muy importante y para mí, más. Así me lo tomé, porque en mis últimos tres años aquí he estado con grandes partidos y me ha fallado la cabeza alguna vez. Este año me estoy encontrando a mi mismo, tengo la confianza del técnico y, por suerte, hoy se ha visto recompensado el trabajo de otros días", indicó un portero que estuvo además acompañado por Guarido, "un joven de gran progresión que dará mucho que hablar", según él.