Diego Bravo y Jimena Martín fueron el pasado lunes los ganadores de la última cita deportiva que se disputó en Zamora en 2018. Ambos fueron los grandes protagonistas de una nueva edición de la San Silvestre Zamorana que se celebró en la capital con una alta participación, cercana a las 2.000 personas, y que contó con la presencia de múltiples espectadores y familiares de los corredores.

La Plaza Mayor de Zamora volvió a ser el epicentro de la jornada deportiva y festiva organizada por el Club Deportivo Atletismo Zamora. Un lugar de encuentro que congregó a numerosos aficionados al deporte de todas las edades en una tarde perfecta para la práctica del atletismo ya que, en esta ocasión, hizo un sol radiante y el frío no atenazó a los presentes.

En esta ocasión, el primer pistoletazo de salida tuvo lugar más tarde de las 17.00 horas. Una demora no solo justificada, también necesaria pues, en la puerta del Ayuntamiento de Zamora a las 17.30 horas, varios de los clubes de la ciudad unían sus fuerzas en una intervención contra la violencia de género a la que dio voz una de las habituales estrellas de la San Silvestre como es Alma de las Heras. La atleta, en nombre de todos, expresó con el corazón encogido por los asesinatos de Leticia o Laura, la más que rotunda repulsa del deporte zamorano a la violencia machista y a cada acto que atenta contra la libertad de la mujer en este país. Una condena que cobró forma en un minuto de silencio con el que la capital del Duero, congregada en la Plaza Mayor, gritaba su intención de luchar contra las estructuras que oprimen a la mujer.

Tras este importante y significativo acto, y mientras varios de los atletas más adultos calentaban con y sin disfraces en las cercanías del trazado, los más pequeños cobraron su habitual protagonismo en las carreras para las categorías inferiores. Así, los más pequeños atletas, acompañados de sus familiares y sus cámaras, tomaron la Plaza Mayor y en su particular circuito por el casco antiguo se llevaron los primeros ánimos de la tarde y una salva de aplausos.

Las categorías inferiores desarrollaron su actividad con agilidad y sin grandes contratiempos, más allá del temporal extravío de uno de los niños que participaron en la prueba. Ni media hora duró la intervención de los más jóvenes en una Plaza Mayor cuyas inmediaciones se fue llenando de colorido a medida que los atletas federados y no federados, con disfraces o camisetas negras, poblaban tanto las calles anexas al punto de partida de la San Silvestre como los lugares delimitados por las vallas que marcaban el paso intermedio del circuito. Una amalgama de colores reflejo de los cientos de distintos días de lo que constó 2018 que acabó conformando un espectacular lienzo multicromático cuando todos los corredores se apelotonaron junto a la salida.

La despedida deportiva de 2015 se inició poco antes de que el reloj del Ayuntamiento de Zamora marcara las 17:40 horas y lo hizo por sorpresa, segundos después de que se indicara por megafonía a los atletas Sub-12 que tomaran su posición frente al consistorio. Una anécdota dentro de la buena organización con la que contó el evento y que no pilló fuera de sitio ni a los cientos de zamoranos que acudieron a divertirse ni a los atletas que lucharían por el triunfo.

Una vez más, todos los deportistas abandonaron la Plaza Mayor en dirección a la zona centro, esta vez en contrasentido respecto a ediciones pasadas. Un cambio bien recibido por los participantes y que no alteró la habitual marcha de la prueba, estableciéndose pronto un grupo de deportistas que lucharían por el triunfo y otros que harían las delicias del público con su buen humor y sus ropajes.

Nuevamente, los seres más poderosos del universo como Hulk, Superman o Goku se tomaron un respiro y se mezclaron con los habituales renos, elfos y piratas. Ni los más tramposos, como un vaquero a lomos de su caballo o varios corredores montando sus propios dinosaurios, quisieron pelear por la victoria y se dedicaron a perseguir a unas patatas fritas a las que también querían alcanzar varios papás noeles. El último éxito deportivo del año sería para alguien sin disfraz, y pronto se perfilaron los candidatos al mismo.

A mitad de recorrido dos eran los atletas destacados. Alejandro González y Diego Bravo luchaban codo con codo por la cabeza de la prueba al paso por la Plaza Mayor cuando se llevaban algo más de cinco minutos de carrera. Tras ellos, Márcos Gómez y otro par de atletas como Nieto y Santos iniciaban el goteo de atletas federados en busca de su última marca de 2018.

La prueba, veloz debido al mayor nivel atlético entre los aspirantes al triunfo, encaró su recta final por el casco antiguo con las fuerzas de Bravo y González realmente parejas. Sin embargo, ante los ojos de Viriato, el vencedor de 2017 lanzó un feroz ataque y buscó sin reservas su primer "doblete" en la San Silvestre. Un logro que ya había alcanzado años atrás su gran rival en la tarde del lunes, un Alejandro González que no pudo responder en el último tramo de circuito y acabó recorriendo la última curva del circuito unos segundos por detrás de Diego.

Bravo llegó al giro ante el Merlú distanciado, con tiempo para celebrar su victoria antes de cruzar la meta y recibir los aplausos del respetable mientras trataba de recuperar el aliento tras el titánico esfuerzo realizado. No tardó en fundirse en un abrazo con sus rivales y recibir las felicitaciones de sus compañeros mientras otros atletas cumplían su último propósito de 2018 y completaban la San Silvestre Zamorana. Atletas como Jimena Martín, brillante campeona femenina que tuvo la oportunidad de compensar su ausencia por enfermedad el pasado 2017 con una actuación a la que no pudieron responder ni Rosa Folgado ni Alma de las Heras. Y es que la burgalesa de raíces zamoranas, pese a ser una corredora a la que le gustan las pruebas más largas, marcó un ritmo muy alto para cruzar la meta en menos de 12 minutos.

Tras los campeones, no tardaron mucho tiempo en cumplir con los 3.600 metros el resto de corredores. Cada uno a su ritmo, jaleado por sus seres queridos y amigos, despidiendo el año a la carrera y abrazando la llegada de 2019 con espíritu deportivo y familiar. Un año en el que tener muy presente estos valores y la repudia a la violencia machista.