No pudo ser. El Aquimisa Laboratorios Queso Zamorano se quedó a las puertas de la gloria en la primera final de su historia al caer ante el HLA Alicante por 86-68. Aunque los de Saulo Hernández pelearon y se vaciaron desde el primer al último minuto, lo cierto es que los lucentinos fueron superiores y merecieron llevarse la Copa LEB Plata. Un inmenso Cheick Conde y un superlativo Galán (MVP) trajeron de cabeza a los zamoranos, que tras el descanso buscaron meterse en el encuentro sin éxito. El título se quedó en Alicante y en un Pabellón Pedro Ferrándiz que ofreció un gran ambiente.

Sin concesiones. Así comenzó un partido reñido desde el primer segundo y en el que pronto se desataron las hostilidades. Se puso por delante el conjunto alicantino pero rápidamente volteó el electrónico el equipo visitante (2-4). La ventaja se fue ampliando hasta llegar al 4-10. Corría el tercer minuto de juego cuando Pedro Rivero se topaba con un gran contratiempo, la lesión de Garrido, uno de sus hombres clave, que tuvo que abandonar el choque de manera precipitada y dejar su lugar a Pitts, renqueante también de una lesión en el tobillo. La baja de Garrido en el Lucentum no supuso un golpe para los de casa que, con un Conde (17 puntos) estelar, fue acercándose poco a poco en el marcador. Su idea no era otra que llevar la manija del partido y tratar de ralentizar los ataques del CB Zamora, incapaz de generar transiciones rápidas ante el buen hacer de los alicantinos. Tampoco encontraba la manera Saulo Hernández de frenar las embestidas de un rival que pasó de verse por debajo en el marcador (14-16 a falta de 3:33) a superar con creces las expectativas al terminar el primer cuarto con la friolera de 30 puntos en su haber (30-19).

Al Aquimisa Laboratorios Queso Zamorano le costaba un mundo encestar desde la zona. Cuando Arriaga logró un triple esperanzador (38-28) la respuesta llegó también desde la línea exterior, donde Díaz no perdonó. La falta de puntería, las precipitaciones y la serenidad que le otorgaba el resultado a su adversario fueron los grandes enemigos de los visitantes, que no conseguían salir de la espiral negativa ante el aro contrario para verse hasta 17 puntos por debajo, la máxima diferencia hasta ese momento y con la que se llegó al descanso (47-30).

Tras el paso por los vestuarios, los de Saulo Hernández firmaron un parcial de 0-8 que encendía las alarmas del HLA Alicante (47-38). Un gran Arriaga firmaba su cuarto triple para dar alas a los suyos, que habían conseguido frenar a Conde y atacaban con más paciencia. Sin embargo, otra vez reaccionaron los lucentinos: entre las acciones que levantaron a su público destacaron dos triples casi consecutivos, de Schmidt y Pitts y una grandísima actuación de Galán. Poco a poco el Zamora fue ofreciendo demasiadas concesiones, perdonando muchísimo en ataque y viendo como la final se escapaba sin que nada ni nadie lo remediase.

A los de Pedro Rivero les entraba absolutamente todo y parecían querer dejar encarrilado el título antes de la conclusión del tercer cuarto. Y es que con la confianza por las nubes y viendo la pésima dinámica anotadora de los zamoranos, el HLA Alicante consiguió llegar al último cuarto con una ventaja de 28 puntos (72-44) que, visto lo visto, dejaba visto para sentencia la Copa LEB Plata. Sólo un milagro, que no se obró, podría servirle al Aquimisa para meterse en el partido. Pero no parecía el día más adecuado para que la suerte le sonriese.

El HLA Alicante siguió con la misma intensidad, sin quitar el pie del acelerador, consciente de lo cerca que tenía el premio. Con el viento soplando de cara, con la grada revolucionada y esperando el bocinazo final, fue testigo del querer y no poder de su contrincante, mermado tanto física como anímicamente en los compases finales. Algún fogonazo aislado, como otro triple de Arriaga, tampoco sirvió para maquillar mucho un marcador que, no obstante, no empaña el magnífico trabajo este curso de los zamoranos, que disputaban la primera final de su historia? y de la que deben marcharse con la cabeza bien alta.

Ahora, toca de nuevo pensar en la Liga regular.