El MMT Seguros consiguió ayer elevar sus prestaciones sobre la pista del Ángel Nieto para poner fin a la mala racha del equipo en las últimas jornadas y lograr una clara victoria (31-24) sobre BM Torrelavega. Un triunfo que supone todo un refuerzo a la confianza de un equipo cuya moral andaba justa antes de un envite como el de ayer, frente a uno de los rivales de la zona alta de la clasificación. Zona a la que, tras vencer, siguen aspirando los pistacho.

Tanto MMT Seguros como BM Torrelavega entraron a la pista con mucha intensidad y concediendo muy poco con férreas defensas en línea. Por ello, no fue de extrañar que los primeros cinco minutos acabarán con empate a dos en el marcador, siendo los tantos locales de Ceballos y Octavio.

Tras los compases iniciales, el duelo continuó igualado. Los cántabros llevaban la iniciativa en el marcador pero el cuadro de Viriato no perdía comba. Al menos hasta que la madera y el meta rival se interpuso en sus ofensivas. Inconveniente con el que no tuvo que lidiar un BM Torrelavega que encontró buenas posiciones de tiro en la zona central (3-5, m.8).

Con el tanteo en contra llevo el primer gran problema para los pistacho. El extremo izquierdo visitante forzaba la exclusión de Guille en una acción sin intención por parte del lateral local. Una inferioridad que Dalmau y Adrián pudieron contrarrestar con dos buenos goles. De hecho, pudo remontar el MMT Seguros cuando recuperó la igualdad numérica pero los árbitros anularon un gran tanto de Octavio y, a continuación, Huix se topó con el larguero. Con eso y con todo, al paso por el ecuador de la primera mitad, el empate imperaba en el luminoso (7-7).

Con tablas en el marcador, un contragolpe entre Barrientos y Ramiro provocó la primera exclusión visitante. Una situación que el MMT Seguros supo aprovechar para tomar la iniciativa y, a la postre, romper el partido. Y es que, a partir de ese momento, los locales pasaron a desarbolar al BM Torrelavwega. Bast´´o un gol de Ceballos desde los siete metros y otro de Ramiro para forzar el tiempo muerto visitante (9-7).

El asueto, solicitado en el minuto 16 de juego, tuvo el efecto contrario al deseado por los visitantes pues el MMT Seguros mantuvo el ritmo marcado antes del parón sin que los del BM Torrelavega pudiera frenarle.

Barrientos estuvo lucido bajo palos, deteniendo varios lanzamientos desde el pivote. Y al meta se sumó la labor de Inaki, cuya entrada puso cordura a los ataques estáticos, y la efectividad de Dalmau. Además, para colmo, las paradas del chileno permitieron en varias ocasiones a Jaime y Cubillas ampliar el marcador al contragolpe. Un conjunto de aciertos que permitió a los locales distanciarse en el luminoso (16-8).

El descalabro cántabro buscó cortarlo Mozas volviendo a detener el crono, y ese último receso sí que reanimó el juego del BM Torrelavega, a pesar no poder evitar irse a vestuarios a una distancia considerable de un MMT Seguros muy solvente (19-10). Un cuadro pistacho cuya misión en el segundo acto era alcsnzar la tan deseada regularidad en su juego para mantener el control del partido apoyado por el colchón de goles nacidos de su mejor primera mitad en esta temporada.

Sin embargo, la excelente actuación zamorana no tuvo inmediata continuidad en una reanudación con diferente desarrollo.

Para empezar, fueron los visitantes los que de salida firmaron un parcial de 0-3 en el marcador. Un susto que desató murmullos en la grada, si bien el MMT Seguros no tardó mucho en comenzar a ver puerta.

Las sensaciones, pese a todo, eran distintas. Ahora era BM Torrelavega el que se aplicaba al máximo y, pese a los goles de Octavio o Adrián Prieto, los zamoranos no acababan de entonarse. Quizá también porque sufrieron un arbitraje poco equitativo, acumulando hasta cuatro exclusiones en el segundo tiempo por una de su rival. Una circunstancia que también descentró a los pistacho, cuya renta disminuía a seis goles.

Olió sangre el conjunto visitante y trató por todos los medios de darle la vuelta al partido. Hasta jugó sin portero, con todos en pista, buscando goles rápidos. Una apuesta que abortó Felipe Barrientos con un gol de puerta a puerta (22-15) que hizo levantar al público.

La grada, tras dos exclusiones prácticamente consecutivas y el rival a cuatro goles, se caldeó considerablemente. Pero, entonces, Leo Álvarez puso calma en los suyos y el MMT Seguros pasó recomponerse tras un tiempo muerto bien solicitado por el técnico leonés.

Álvarez dio entrada a posado en el ecuadro de la segunda parte. El meta dio réplica a la buena actuación de su compañero Barrientos antes del descanso y sus paradas permitieron al cuadro de Viriato volver a irse en el marcador. Un luminoso que los tantos de Raúl, Ramiro y Petter pusieron en 27-20 cuando restaban diez minutos para el desenlace.

Un tiempo en el que los zamoranos gestionaron bien sus bazas y encararon la recta final con el partido en el bolsillo. Un triunfo con el que ganar confianza y que vale dos puntos de oro en la lucha por alcanzar la "fase de ascenso".