La primera derrota de la era Luis Enrique en la selección española ha devuelto a La Roja a la realidad. Tras una gran dosis de optimismo e ilusión fruto de las recientes goleadas a Croacia o Gales, el combinado nacional mostró ayer una versión más aproximada a su situación actual. Una actuación gris basada en errores del pasado y otros de un equipo en construcción.

Cinco claves pueden explicar el tropiezo por 2-3 frente a Inglaterra la perfección, siendo la primera de ellas una defensa inédita y fragil que se vio superada por la velocidad del ataque británico siempre que el equipo de Luis Enrique se estiraba más de la cuenta en su intento por presionar la salida del balón rival. Y es que, a esto se unió la gran actuación de Kane, que bajó a recibir balones para hacer de cada contra con Rashford y Sterling un "dolor de muelas".

Pero además de estos dos motivos, otros tres abocaron a España a la derrota. La Roja calcó sus problemas en el último Mundial, con un De Gea intrascendente y un ataque sin opción de remate o tiro exterior. Además, los cambios en la alineación no han servido para establecer un once reconocible que aportara estabilidad. Un factor importante pues, ayer, los líderes como Busquets no tuvieron respuesta ni encontraron apoyo de figuras emergentes llamadas a encontrarlas.