El español Alejandro Valverde, muy emocionado y lloroso tras lograr el oro mundialista en Innsbruck (Austria), confesó no tener palabras por un triunfo así, el más buscado de su carrera, ya que aún no se creía la victoria porque había llegado "a pensar que nunca podría ser campeón del mundo". "Estoy sin palabras, no me lo creo todavía. Es increíble. Han sido tantos años luchando por él y al fin se ha conseguido. Es la mejor victoria de mi carrera. Lo que he soñado durante años. Es algo que perseguía y perseguía. He estado muchas veces cerca, llevaba seis medallas pero ninguna había sido de oro", se congratuló.

Valverde confesó que llegó "a pensar que nunca podría ser campeón del mundo" y que por ello "ya no me obsesionaba" con el oro.

"Lo que quería era hacerlo lo mejor posible porque sé que es muy difícil ganar y más siendo uno de los favoritos. Casi me había dado por vencido, pero al final se ha dado todo de cara. He tenido un día buenísimo, hemos corrido muy bien, la climatología ha sido perfecta y he podido cumplir ese sueño", comentó, entre lágrimas.

Valverde se mostró muy agradecido a una selección española "que ha estado de 10" y a la que dedicó el triunfo además de a la gente que le "quiere".

"La selección ha estado de 10, ha sabido estar en todo momento donde debía y yo también he sabido defender mis opciones en el sprint, en el que me han dejado toda la responsabilidad. Me han aportado una tranquilidad enorme, del primero al último", valoró.

Al respecto dio mucho valor a la concentración que realizó la selección en Sierra Nevada en los días previos al viaje a Austria. "Pienso que la concentración que hicimos todos juntos sirvió de mucho. Hemos sabido encontrar un ambiente de familia que ha dado sus frutos en carrera. Todos han corrido muy atentos en las distintas fases de carrera", se felicitó.