España acoge desde hoy el primer Mundial femenino de baloncesto de su historia, un torneo al que la anfitriona llega con la máxima ilusión y el aval de sus grandes resultados en los últimos años para soñar con el segundo escalón, ya que el primero parece ser propiedad de Estados Unidos sin discusión aparente.

La decimoctava edición del Mundial femenino, cuyo estreno se vivió en Chile en 1953, se disputará íntegramente en la isla de Tenerife con dos sedes, el Santiago Martín de San Cristóbal de la Laguna y el Quico Cabrera de Santa Cruz de Tenerife, donde 16 selecciones pelearán hasta el 30 de septiembre por un trono que parece tener dueño.

Como ejemplo, el seleccionador español, Lucas Mondelo, no ha dudado en igualar a Estados Unidos con la selección masculina que asombró al mundo en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92. Comparaciones aparte, lo que es indiscutible es el poderío de la actual selección femenina norteamericana.

Desde su atalaya, las estadounidenses observan a un grupo de selecciones que aspiran a ser la primera de las 'mortales', posición que correspondió a la selección española tanto en el Mundial de Turquía 2014 como en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde se colgó sendas medallas de plata ante el 'ogro' yanqui. Llegó a plantar cara en Estambul (77-64) y más contundente fue su derrota en Brasil (101-72).

En cuanto a España, las mujeres de Lucas Mondelo se miden a partir de las 21.00 horas a Japón: "Será un partido duro, difícil, pero lo vamos a ganar, aunque vamos a sufrir primero", señaló el técnico, mientras que la capitana, Laia Palau, mandó un mensaje optimista: Estamos tranquilas y nuestro carácter es innegociable".