El keniano Eliud Kipchoge, que batió este domingo el récord del mundo de maratón en Berlín tras completar la prueba en 2h01:39, aseguró que sabía que podía lograrlo "después de los 30 kilómetros". "He ido solo los últimos 17 kilómetros, pero no he pensado en ningún momento en el hecho de que iba solo. Simplemente pensaba que tenía que mantener ese ritmo hasta el último kilómetro. Estaba seguro de que sería capaz de establecer un nuevo récord después de los 30 kilómetros", dijo en una entrevista difundida por Nike.

La gesta de Kipchoge hace pensar en que es posible bajar de las dos horas en un maratón y el keniano lo ve factible: "Superar esa barrera no es ninguna ciencia, simplemente tienes que creer en ello, necesitas un gran equipo que crea en ello y en ti, necesitas las zapatillas perfectas y necesitas ser más fuerte que cualquier otro atleta". "Creo que ningún ser humano tiene límites. Todo es posible y los récords están para batirlos", prosiguió.

El atleta declaró que cumplió uno de sus sueños: "Esperaba batir un récord mundial, pero no me esperaba el tiempo de 2:01. Solo esperaba poder ser capaz de correr en menos de 2:02:57".

Abebe Bikila, Haile Gebrselassie, Emil Zatopek o Paul Tergat son atletas que han escrito con letras de oro la historia del maratón mundial. A ese selecto grupo se ha unido Kipchoge. El keniano rebajó en un minuto y dieciocho segundos el anterior récord, que consiguió su compatriota Dennis Kimetto en 2014 también en el maratón de Berlín. Lo hizo en una carrera precisa y perfecta en la que tuvo ayuda de tres 'liebres' que fueron cayendo exhaustas con el paso de los kilómetros, la última en el 25, por lo que durante más de un tercio de carrera corrió solo. "Estaba perfectamente preparado y concienciado. Sólo quería correr mi carrera. Ahora estoy infinitamente agradecido y feliz", dijo Kipchoge al cruzar la meta de un maratón que se caracteriza por su perfil llano y favorable para conseguir buenas marcas. Para el atleta keniano, la carrera de Berlín siempre tuvo un componente especial. El único de los once maratones que no había ganado en su trayectoria era el de la ciudad alemana, en 2013, precisamente contra su compatriota Kipsang.

Después de esa derrota, Kipchoge buscó dos veces el récord mundial en Berlín, pero en ambas ocasiones la suerte no estuvo de su lado, aunque ganó las dos. En 2015 un problema con sus plantillas al inicio le hizo ralentizar su carrera y en 2017 la lluvia fue un enemigo demasiado pesado.