El fichaje del brasileño Arthur, al que mucha gente ya intenta comparar de forma blasfema con el gran Xavi, el posible alumbramiento de un futbolista tan especial como el canterano Riqui Puig, las ganas de Rafinha de quedarse en el Camp Nou y la presencia desde el principio de la temporada de Coutinho han vuelto a desatar las especulaciones metafísicas alrededor del "ADN Barça". La sombra del Barça de Cruyff y Guardiola es tan alargada como la de Grecia clásica sobre Roma. Los biólogos no tienen ni idea de en qué consiste ese "ADN Barça" porque, ya digo, se trata de una cuestión sobre todo metafísica que choca con fichajes como el de Arturo Vidal. A los futboleros nos encanta la metafísica, es cierto, pero algunos culés interpretamos ese "ADN Barça" de una manera muy particular. ADN son las siglas de Ay De Nosotros.

Ay De Nosotros (ADN) sin Messi, claro. No tengo ni idea de si la huida de Ronaldo del Real Madrid será bueno, malo regular para un equipo que sólo piensa en la Liga de Campeones, pero estoy convencido de que si Messi abandonara el Barça se produciría una conmoción en la fuerza que arrasaría con todo y nos dejaría más perdidos que a Homer Simpson en la biblioteca del Congreso. El Barça ha fichado jugadores interesantes (y carísimos) esta temporada, pero me temo que el ADN (Ay De Nosotros) sin Messi sigue tan vivo como siempre. Y así será mientras Messi sea Messi. Es tan imposible como absurdo pretender que el mejor futbolista del mundo sea uno más de la plantilla, así que el día que Messi ya no esté con nosotros será al día en que habrá que pensar en cómo podremos vivir sin Messi. ¿"ADN Barça"? Por supuesto. Ay de Nosotros sin Messi porque Messi está con nosotros y eso lo invade todo, se lo come todo, lo ocupa todo y lo cambia todo. Arthur es un buen jugador, Riqui Puig promete, Rafinha se ofrece y Coutinho demostrará esta temporada todo lo que vale, pero el auténtico "ADN Barça" gira, como no puede ser de otra manera, alrededor del mejor futbolista de todos los tiempos.

El "ADN Barça" que emana de Riqui Puig y que haría imposible el fichaje de un Casemiro es metafísica. El "ADN Barça" sin Messi es pura biología, pura física y pura química.