Un total de doce niños saharauis, afincados en diferentes familias de la provincia, disfrutaron de una jornada de piragüismo y diversión gracias al Actividades Deportivas Zamora-Iberdrola. Los protagonistas, algunos cuya actividad repetían por tercera vez, se mostraban encantados con la idea de poder navegar sobre un caudal de agua que para ellos les resultaba desconocido. Tal era el desconocimiento, que el miedo no formaba parte de ellos, así lo indicaban las familias adoptivas: "no tienen miedo a nada, desconocen que el agua le puede matar", afirmaba uno, mientras que otra "madre adoptiva" indicaba que varias veces tuvo que recoger a su niño en la piscina porque "te dicen que saben nadar, pero luego se tiran y se hunden; ellos solo imitan lo que ven".

Sin miedo, y sin respeto, los niños y jóvenes (de hasta 12 años) tomaban una piragua mientras iban al embarcadero. Todos, absolutamente todos, con una sonrisa en la cara, hasta los más tímidos y recién llegados, algunos incluso sin poder con la piragua. Entre un grupo de 10 niñas, dos niños destacaban por su timidez, aunque poco tardaron en hacerse al agua. Un primer grupo de seis, los más experimentados, fueron recorriendo el Duero entre risas y algún choque de piragua sin incidencia. Otro grupo, el más novato, tuvo que necesitar de la ayuda de José Manuel García para iniciarse en el mundo del paleo. Los niños sonríen mientras posan para una foto, algunos haciendo alguna burla a la cámara, pero ninguno sin mostrar algún atisbo o respeto al río. Sin apenas corriente, van dando paladas poco a poco para introducirse en medio del caudal, donde allí reciben las instrucciones de José Manuel García.

Una actividad que realiza el ADZ por tercera vez, así lo confirmó García, afirmando que "estos niños no tienen miedo a nada, vienen a pasarlo bien", aunque también indicó que con el tercer año consecutivo que se realiza, y con algún niño realizando la actividad desde el primer día, "se le coge cariño, y algunos al cumplir ya la edad no volverán a venir". Y con ello cierran un día donde los niños agradecen juntarse con otros de su edad, disfrutar de una actividad que para ellos les resulta desconocida y hacer algo nuevo y diferente en una aventura que viven en Zamora con gran ilusión durante todo el verano.