Jaime Rosón se enfrenta a una posible sanción de cuatro años sin disputar carreras oficiales. Así lo ha reconocido el propio ciclista, en declaraciones a este medio, 40 días después del anuncio de la UCI sobre la anomalía detectada en su pasaporte biológico, de la que no han trascendido más datos que la fecha en la que apareció: enero del 2017, cuando el zamorano aún competía para el Caja Rural.

En el mismo día que se hizo público este resultado, y la consiguiente sanción de la UCI, el actual equipo de Jaime Rosón, el Movistar Team, apartó provisionalmente al zamorano de su disciplina deportiva, pero anunció su intención de colaborar con el ciclista en aras de defender su inocencia. En ello están embarcadas todas las partes en este momento, recopilando informes médicos y documentos que puedan servir para demostrar que el deportista no utilizó sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento.

Esta labor se está llevando a cabo sin tener muy clara la fecha concreta en la que Rosón tendrá que defenderse ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). El propio corredor estima que será en septiembre o en octubre cuando se determine su futuro en esta instancia, que será la definitiva para conocer el destino del proceso.

Por lo pronto, el año ha terminado a nivel competitivo para Rosón, que ha visto pasar el tren de la Vuelta a España y del Mundial de Innsbruck por un caso que amenaza con destruir su prometedora carrera. El zamorano mantiene su inocencia y reconoce que le puede estar pasando factura su relativo anonimato dentro del pelotón internacional. Huelga decir que, en asuntos como el del cuatro veces campeón del Tour, Chris Froome, positivo por salbutamol en la pasada Vuelta a España, la UCI fue más laxa y permitió competir al corredor en el Giro de Italia antes de absolverle a las puertas de la pasada ronda francesa.

Habrá que ver lo que sucede con Rosón, que continúa entrenando al máximo nivel para no oxidarse y poder estar listo para enfundarse el maillot del Movistar Team en enero si no hay sanción. Ahora bien, si se confirma la suspensión de cuatro años, el corredor buscará otra alternativa de vida. Eso es lo que está en juego.