Prácticamente todos los años, la etapa montañosa de Sanabria, ha resultado decisiva en la Vuelta a Zamora, pero este año puede que no lo sea finalmente, y no sólo porque la última etapa no será de puro trámite como otras veces sino porque la ventaja con que la afronta el nuevo líder, Eusebio Pascual, es de un solo segundo sobre Pablo Guerrero (Estremadura). La etapa sanabresa, eso sí, respondió a todas las expectativas y fue espectacular como siempre y más esta vez con un "muro" final de unos 500 metros que sirvió para dar la victoria de la etapa al sub 23 vasco Ibón Ruiz que lograba así su primer triunfo en el campo aficionado con solo 19 años de edad. Un nombre a recordar, tal vez como el de otras grandes figuras que también ganaron en Sanabria, el último Marc Soler, hoy en el Movistar.

La etapa sirvió para romper que en ciclismo, no siempre el potencial de los equipos más fuertes te asegura la victoria. Y ayer, tanto Super Froiz como Caja Rural, tenían la obligación de controlar la carrera para intentar llevarse la victoria final de la ronda zamorana. Desde los primeros kilómetros, el conjunto gallego puso toda la carne en el asador controlando la marcha del pelotón, lanzando pronto por delante en una escapada de doce unidades al cántabro Diego Noriega y llegando a los momentos decisivos con sus cinco magníficos corredores en las primeras posiciones para defender el maillot amarillo que vestía Oscar González. Por su parte, Caja Rural tenía la obligación de jugar a la contra y lo tuvo claro Rubén Martínez, su director, lanzando por delante en las escaramuzas que se fueron produciendo a Jaume Sureda, primero, y a Carlos Cobos más tarde, con un Antonio Gómez que no parece el mismo de la primera parte de la temporada en la que arrasó allá por donde corría.

La etapa de ayer tomó la salida en el hermosísimo paraje de la playa fluvial de Villardeciervos, un marco incomparable para que la ronda provincial regrese en próximas ediciones. Como suele ser habitual en el campo aficionado, ya desde los primeros kilómetros tras la meta volante en el segundo paso por Villardeciervos donde Miguel Angel Fernández sumó tres puntos que pueden ser definitivos para que se adjudique las metas volantes de la Vuelta, comenzaron a producirse escaramuzas en el pelotón en las que se le vio muy activo al zamorano de Granja de Moreruela, Jesús Pérez, aunque no tuvo suerte para entrar en el corte importante que se produciría en torno al kilómetro 50. Fue un buen aviso porque entre la docena de fugados figuraban ya hombres importantes para la general como Jaime Sureda (Caja Rural), Diego Noriega (Froiz) o Adrián Cobos (Extremadura).

Las tormentas en forma de lluvia comenzaron entonces a hacerse protagonistas de la carrera y se prodigarían hasta la mitad de la jornada, aunque casi los corredores agradecieron el frescor del agua ante las altas temperaturas que atenuaron los chubascos.

Minuto y medio llegó a conseguir de renta el grupo de fugados.

La carrera siguió animándose en las primeras rampas del puerto del Padornelo cuando Roberto Mediero (Autrónic) protagonizó un arreón al que solo pudieron responder Sureda, Adrián Cobos, Noriega y Asier Ormazábal. Sureda era entonces líder virtual de la carrera cuando la escapada llegaba al 1´19 de ventaja.

Pero la aventura en solitario de los cinco corredores comenzó a arruinarse en la bajada desde Padornelo a Lubián a donde llegó ya un grupo grande de corredores compacto. Aquel grupo pronto se fraccionó en dos mitades: en la primera había entrado el líder de la montaña, Carlos Cobos, con otros dos compañeros del Caja Rural; el líder junto a dos escuderos de primerísimo nivel como Martín Lestido y Antonio Gómez; y ya asomaban Ibón Ruiz y Jorge Pastor, o el vencedor del día anterior, Jesús Nanclares, entre los primeros.

En un segundo grupo de veinte unidades protagonizaba una vertiginosa bajada hacia Hermisende el líder y el resto de grandes favoritos.

Llegó el momento decisivo de la jornada con la subida al puerto fuera de categoría que forman los enlazados de Ladairo y La Canda, y Carlos Cobos tomó la iniciativa para romper de nuevo la carrera. La empinada cuesta fue dictando sentencia y comenzaron a quedarse descolgados varios corredores hasta quedarse solos en cabeza Cobos, Noriega y Jorge Pastor. Noriega lo intentó poco antes de la cumbre, pero Cogos saltó a por él y también aguantó Pastor, y mientras, por detrás progresaban Ibón Ruiz, Eusebio Pascual y Pablo Guerrero que alcanzaban la cabeza en el alto.

El resto fue un vertiginoso descenso hacia Lubián, y un directo marcaje entre los cinco escapados hasta Hedroso donde la organización les tenía preparada la propina de una rampa de porcentajes superiores al 20 por ciento que decidiría el vencedor de la etapa y también el liderato. Ruiz entraba primero, y Pascual lograba un segundo precioso de ventaja sobre Guerrero que le daba el maillot amarillo. Por detrás, respondieron, aunque tarde, los favoritos pero todavía están con menos de un minuto de desventaja Iván Martínez, Diego Noriega, Ibón Ruiz, o Miguel Gómez que hoy podrían tener sus opciones.