Aunque la primera jornada de la fase de grupos del Mundial se cierra hoy, los dramas, sustos y disgustos salvados a última hora -como el de ayer de Inglaterra ante Túnez- demuestran que en esto del fútbol ya casi no quedan "marías". A toda una campeona como Alemania le metió el agua en casa el terremoto mexicano, a Neymar -andan enfadados sus muchachos con el VAR- le amargaron el estreno de peinado -a saber cuánto le habrá costado- los relojeros suizos. Sin olvidar lo de los vikingos islandeses y la Argentina de Messi, que debe estar arrepintiéndose por no cumplir su amenaza de dejar la Albiceleste tras su penúltimo fracaso. Así que, visto lo visto, todavía va a ser bueno el empate de España ante la Portugal de Cristiano Ronaldo. Por cierto, CR7 es, junto con el inglés Keane, la única estrella que ha comenzado cumpliendo con las expectativas. Hay que asumirlo, el de Madeira no falla, aunque sea de penalti. Y de lo de las faltas mejor no hablar. Marca pocas, pero las que enchufa -con porteros de primera, de segunda o camino de la prejubilación- valen puntos y eliminatorias.

En este panorama en el que un tonto te hace un reloj de madera, y además funciona, bien haría la Roja en tomar nota y dejarse de especular mañana ante Irán. Los nietos del ayatolá Jomeini son líderes del grupo. Así que a ganar y a olvidarse de pensar en que si hay que golear ante un hipotético empate a puntos con Portugal. Dado lo que está ocurriendo en otros grupos, casi que quedar subcampeón, que dirían Faemino y Cansado, va a ser mejor que quedar campeón por eso de los cruces. Porque sí, ya no habrá "marías", pero cuando llegue la hora de la verdad van a estar casi todos los de siempre y ya no habrá bromas ni tiempo para andar teniendo manos de mantequilla. A España le toca ganar, ganar y ganar. Primero que pase Irán y luego ya se verá con los marroquíes, que no son la "Naranja mecánica", pero tampoco tartamudos con el balón. Ahora a por Irán, y que no se convierta en un "Siniestro Total" y en un "Ayatolá no me toques la pirola".