Las circunstancias marcan el devenir del fútbol y de las personas. También las de Hierro, que lleva sólo cinco días como seleccionador tras la destitución de Lopetegui. Su experiencia como entrenador, que se limita a su paso por el Oviedo, fue tema de debate ayer en la concentración española en Krasnodar, a dos días del segundo partido de España en el Mundial de Rusia, ante Irán (mañana, 20.00 horas, Telecinco). "Soy seleccionador por circunstancias, no por currículum, es la realidad. Vine en traje y ahora estoy en chándal", declaró Hierro a los periodistas en una comparecencia con muchos temas a tratar antes del segundo partido

El principal de ellos, el del inquilino de la portería de España, en entredicho tras los errores de De Gea contra Portugal. La duda, si es que la había, ya está resuelta: el madrileño es intocable y jugará ante Irán. "Tenemos toda la confianza en él, tengo muy claro que los futbolistas necesitan sentirla y no únicamente en los buenos momentos", afirmó el técnico. La defensa del meta por parte del seleccionador fue a ultranza, "uno de los nuestros", como ya dijo después del empate ante los lusos. "Los porteros tienen una psicología especial, de Gea necesita tiempo y aire libre. Se lo ha tomado con naturalidad (la polémica por sus errores), tenemos que acostumbrarnos a debatir porque forma parte de este trabajo", aseguró el malagueño.

Con el asunto De Gea cerrado, al menos por el momento, tocaba hablar del estilo futbolístico de Hierro No quiere el malagueño alterar el ecosistema de la selección, el juego combinativo que Lopetegui recuperó con mucho éxito en la fase de clasificación. "Quiero que mis equipos jueguen bien, que compitan, que tengan su estilo propio e intentemos tener personalidad con el balón. Sería inmolarnos pedir algo contra nuestra naturaleza y virtudes". No obstante, Hierro avisa: "Todo el mundo nos analiza y sabe cómo hacernos daño. Tenemos que estar preparados para ello", recalcó.

Hierro no se desespera en transmitir su sello personal, pero tampoco se considera un doble de Lopetegui. "Algo mío habrá, pero en tan poco tiempo, siete partidos, me equivocaría si digo que le doy un toque especial. Aunque cada entrenador del mundo es diferente. No podemos cambiar la personalidad ni características de los jugadores. Buscaremos ganar, llegar lo más lejos posible y dejarnos la vida y el alma por el objetivo", afirmó el malagueño, que también tuvo buenas palabras para su predecesor en el cargo, "esta selección tiene derechos de autor, los de su entrenador que ha estado con ellos dos años trabajando", enfatizó. Hierro, pese a no llevar ni una semana en el cargo de seleccionador de la Roja y acceder de forma inesperada, no se quita la presión del cargo. "La gente me va a juzgar por el rendimiento de los partidos. Asumo mi responsabilidad de entrenador y lo que pase desde aquí hasta el final de la competición es mi responsabilidad", expresó Hierro.

El huracán de la destitución de Lopetegui, que ya planifica junto a Florentino la temporada del Madrid, todavía colea en casi todos los rincones de Krasnodar. Hierro no quiso ahondar mucho más en el asunto cuando le preguntaron sobre lo más difícil de esos días desde su prisma de director deportivo. "Me gustaría contarlo, pero no puedo. Esos cuatro días cada uno los vivió a su manera. Di mi opinión a quien se la tenía que dar y actué buscando siempre el beneficio de la Federación. Me quedo con la conciencia muy tranquila y puedo mirar a todas las partes con franqueza".

No influyó, al menos por lo dicho ayer por Hierro, la opinión de los futbolistas en la polémica del fichaje de Lopetegui por el Madrid. "No voy a ir a preguntar a cada jugador qué es lo que pensaba de cada asunto. Es una decisión que se tomó y que había que aceptarla con responsabilidad, creo en la nobleza de los jugadores", despejó. Hierro, que se retiró como jugador hace quince años, también reflexionó sobre lo mucho que ha cambiado el comportamiento de los futbolistas respecto al pasado. "El vestuario de un equipo de fútbol es la sociedad. Antes íbamos con música y el entrenador montaba en cólera. Ahora, el que no la lleva parece que no tiene alegría. En mi época nos decían que no perdíamos concentración, ahora intenta quitar el móvil a uno... Lo asombroso es la capacidad que tienen para cambiar el chip".

Y respecto a su experiencia como entrenador recordó que "el año que estuve entrenando en el Oviedo fue una experiencia que me enriqueció mucho y siempre estaré agradecido por ello. Aunque fuese en Segunda División, como experiencia fue fundamental".