Después de dos horas de carrera de las 24 Horas de Le Mans los dos Toyota TS050 Hybird comandaban con rotundidad la prueba en el Circuito de La Sarthe, en la que es la segunda puntuable para el mundial de resistencia. El suizo Sébastien Buemi, en el coche nº8, y el británico Mike Conway, en el nº7, han ido intercalando sus posiciones, primero y segundo, y ampliando a la vez la ventaja respecto del tercero, el francés Thomas Laurent (Rebellion Racing), que se encontraba a dos minutos y treinta y cuadro segundos, después de 38 vueltas, y era uno de los tres coches que aún no habían sido doblado por los Toyota. Ante este escenario, y aunque faltaban veintidós horas para la conclusión de la carrera, si Toyota mantiene no sólo la regularidad, sino la mecánica y la fiabilidad, será difícil que se le escape el doblete nuevamente, como ocurrió en Spa. Rompería así el maleficio de no haber ganado nunca en Le Mans, a pesar de tener al alcance de la mano el triunfo, como pasó en el 2016. En coche de Buemi, en el que está alineado Fernando Alonso, y que tendría que entró a las tres horas de carrera (18:00/16:00 GMT), tuvo sus mejores momentos antes de la vuelta 18, cuando aventajaba en trece segundos al de Conway, pero debido a la entrada en el 'pit', y las situaciones de bandera amarilla en la pista, la clasificación arriba ha ido alternándose hasta llegarse a la mínima diferencia de un segundo en la vuelta 35, con el inglés liderando la prueba. Buemi realizó su segunda parada cuando se cumplía la vuelta 20 y se le cambió el alerón trasero, debido a las sospechas de que podría no estar funcionando adecuadamente.